lunes, 27 de septiembre de 2010

La buena y la mala noticia (Segunda parte)

Bueno, el día de hoy tengo varias cosas que decir:

  • Primero que nada ¡¡Muchas gracias por los comentarios!! Me ponenen feliz ¡Muy feliz! jijiji De ahí, les diré que ya he revisado varios blogs que me han pedido y debo admitir que me han encantado. Las dueñas se darán cuenta cuando revisen a sus seguidores ;)
  • Como segundo, este es un comentario dirigido a Alexa ;): Por ahora no he podido revisar el segundo blog, pero el primero (Dark and Mortal) me encantó y me encantaría que me dieras más blogs jejeje pero eso ya dependerá de ti, muchas gracias.
  • En tercero: Este capítulo es... humm... por así decirlo una "Conversación guardada" de Messanger, entonces, aunque parezca largo, es sólo cuestión de leer unas cuantas palabras, no es lo que aparenta, créanme ;)
  • Por último, antes de que empiecen a leer el capítulo jajajajaja quiero decir que muchas gracias por ayudarme con la parte de las publicaciones que serán: Lunes, miércoles y viernes. Espero que se les acomode a todas
¡Espero que lo disfruten!


Any-Tami dijo:

Gracias, Danny. En serio que no sé cómo agradecerte lo que hiciste por mí…

Danny dijo:

De nada :)

Any-Tami dijo:

Pero… seguro estás metido en problemas… no debiste…

Danny dijo:

Jajaja Sí… me castigaron un mes… no puedo salir de casa. Pero es algo que en realidad me da completamente igual.

Any-Tami dijo:

Lo siento… :(

Danny dijo:

No tienes por qué preocuparte. Era un inútil ¿Cómo se le ocurre pedirte la mano? Tú sólo tienes 15 años y él como 50…

Any-Tami dijo:

No sería buena esposa de cualquier manera.

Danny dijo:

Eso no lo sabes :S

Any-Tami dijo:

Pero me conozco lo suficiente como para saber que no tengo buen temperamento.

Danny dijo:

;) jajaja

Any-Tami dijo:

Creo que…

Danny dijo:

Que…

Any-Tami dijo:

Que fue muy dulce de tu parte. A penas me conociste… soy una completa extraña para ti.

Danny dijo:

Pero conozco lo suficiente de ti como para saber que serás una buena amiga.

Any-Tami dijo:

Al parecer eres persuasivo… jajaja

Danny dijo:

Más de lo que crees ;) Siempre me dicen que tengo el don de saber las cosas de antemano jajaja

Any-Tami dijo:

Presumido :P

Danny dijo:

Pero en realidad es algo que odio…

Any-Tami dijo:

¡¿Por qué?!

Danny dijo:

Es una sensación demasiado rara. Me duele mucho cuando sé que va a pasar algo malo…

Any-Tami dijo:

¿Y cuando pasa algo bueno?

Danny dijo:

Es una sensación grandiosa. Pero tengo el presentimiento de que la mayor parte de las veces son cosas malas…

Any-Tami dijo:

Entonces dime…

Danny dijo:

Sí, sabía que aquel cobarde te iba a pedir la mano

Any-Tami dijo:

¡GUAU! Parece ser que eres psíquico…

Danny dijo:

No lo creas así…

Any-Tami dijo:

Pero…

Danny dijo:

Confía en mí

Any-Tami dijo:

Bueno

Danny dijo:

Gracias

Any-Tami dijo:

¿Cuándo podemos volver a vernos?

Danny dijo:

Jajaja no tengo idea…

Any-Tami dijo:

Y se supone que eres psíquico… L

Danny dijo:

Jajaja no lo soy

Any-Tami dijo:

Eso ya lo veremos…

Danny dijo:

¿Qué te parece el martes después de clases?

Any-Tami dijo:

Diría que sí, pero mis papás… espera no… mi papá podría llevarme… ya que está desempleado.

Danny dijo:

No te preocupes, encontrará un trabajo mucho mejor ;)

Any-Tami dijo:

Te creo

Danny dijo:

Jajaja No creas todo lo que digo, a veces me equivoco…

Any-Tami dijo:

Pues ésta vez no será la excepción

Danny dijo:

Eres una loca

Any-Tami dijo:

Y tu un bobo por no confiar en ti mismo jajaja ¿Dónde nos veríamos?

Danny dijo:

En el mismo parque de la vez pasada… humm… a las cinco y media ¿Te parece?

Any-Tami dijo:

No está mal la idea.

Danny dijo:

Perfecto

Any-Tami dijo:

Espera…

Danny dijo:

¿Qué?

Any-Tami dijo:

¿No se supone que estás castigado?

Danny dijo:

Any-Tami dijo:

¿Entonces…? No puedes…

Danny dijo:

Te dije que no había por qué preocuparse… mis papás no estarán ese día.

Any-Tami dijo:

Pero si te dejan sólo es porque confían en ti.

Danny dijo:

No sería la primera vez que lo haría.

Any-Tami dijo:

Mejor no…

Danny dijo:

Como tú quieras ;)

Any-Tami dijo:

Quizás un ratito…

Danny dijo:

¿Te veo ahí o no?

Any-Tami dijo:

Está bien…

Danny dijo:

Entonces, te veré en dos días, Any.

Any-Tami dijo:

¿Cómo sabes que…?

Danny dijo:

¿Que te gusta que te digan Any? Se nota ;) Nos vemos luego, Any.

Any-Tami dijo:

Pues gracias, Danny. Nos veremos luego.

En ese momento Danny apareció como desconectado. Me recargué en el respaldo del asiento intentando ordenar mis ideas.

Primero que nada; Danny era sorprendente. En realidad lo sabía todo de antemano. Había contestado mis preguntas sin si quiera yo poderlas haber acabado de escribir. Estaba impresionada. Tenía la sensación de que Danny me mentía. Estaba segura que él nunca se equivocaba… o bueno, eso lo vería en dos días.

En segundo: Era evidente que a parte de intuir las cosas, sabía escuchar. Si le preguntaba cuál era mi suéter favorito, estaba segura que me contestaría exactamente como yo le había contestado. No todos los muchachos prestan atención a lo que las mujeres dicen, en realidad les es indiferente, pero Danny era la primera excepción que conocía.

jueves, 23 de septiembre de 2010

La buena y la mala noticia (Primera parte)

¡Siento escribir tan seguido! Pero con sus comentarios me siento tan feliz que podría publicar diario jijiji 7 seguidoras me parece grandioso.

Entonces les pregunto ¿Quieren que publique lunes, miércoles y viernes? O menos días u otros días. Ustedes sólo díganme ;)



El resto del camino reinó el silencio. Cuando llegamos a casa de mis primos, Isaac, Penélope y Sandy nos esperaban con mi tío Oliver. Cuando salimos del auto los tres corrieron a abrazarnos con ímpetu.

-Bueno, nos veremos pronto.- le dije a Pat.

Pat me abrazó, seguido de Alex y por último de Amy que me hizo volverle a prometer que le llamaría llegando a mi casa. Papá y mamá, me esperaron dentro del auto despidiéndose de todos con un simple movimiento de mano.

Me despedí por segunda vez de todos y volví al auto. Cuando papá arrancó y dejé de divisar a mis primos a lo lejos, mamá me miró con preocupación.

-¿Qué pasa?

Me di cuenta de que se desbordaban las lágrimas por sus mejillas.

-Cariño, tu padre ya no tiene trabajo.- sollozó mamá.

En ese momento papá frenó. Lo miré desconcertada. Abrazó a mamá y se volvió a mí.

-¿Cómo?- susurré.

Sentí cómo se me helaba la sangre.

-Era una reunión de mi jefe.- empezó papá.- me preguntó que por qué no te había traído… le dije que teníamos huéspedes en la casa y que alguien tenía que atenderlos. Ahora entiendo por qué tu mamá me dijo que te miraba de una forma poco común. Me dijo que sin ti no podía hacer el importante anuncio de que te pediría la mano…

¡No! Grité para mis adentros encolerizada. Ese desgraciado… Sentí cómo las lágrimas se empezaban a desbordar por mis mejillas también.

-Le dije que era un convenenciero ególatra, que ni aunque me partiera un rayo le daría tu mano.- siguió papá con frialdad.

-Papá lo siento tanto.- sollocé.

Todo era mi culpa.

-No, cariño. De cualquier manera me iban a despedir.- dijo papá intentando consolarme.

-No es cierto.- susurré.- dijiste que te iba muy bien y que pronto te ascenderían.

-Pero para que me ascendieran tenía que pagar un precio muy alto. Desde que te vio aquel hombre repugnante sabía que algo andaba mal.- siguió papá.

-Deja que me case con él.- supliqué.

-¡No!- gritó papá desconcertado.

-Papá… no dejes tu empleo por mí.

Mamá empezó a sollozar con mayor fuerza.

-Chicas, por favor. No es el fin del mundo, puedo encontrar otro trabajo. Prometo que para la próxima semana tendré un trabajo decente.- dijo papá.

Negué con la cabeza.

-Deja que me case con él.- susurré.

-No digas tonterías, cariño.- dijo papá.

-Cuéntale…- dijo mamá.

-¿Qué?

Ya no aguantaría nada más. Esto era peor de lo que pensaba, cómo un señor podía destruir completamente la vida de sus empleados despidiéndolos. Odiaba ese tipo de personas que sólo se preocupaban por sí mismas. Me enfermaba. Me sentí asqueada. Y pensar que había dejado que me besar dos veces con sus sucios labios en la mano. Tenía ganas de gritar. De patearle el trasero a ese infeliz.

-Cariño, Danny estuvo allí.- susurró papá.

Aquello me sacó de mis casillas.

-¡¿Qué?!- grité.

Mamá negó con la cabeza. Al darme cuenta que nadie estaba dispuesto a decir nada más, seguí:

-¡¿Por qué no me llevaron?!- grité encolerizada.

-Por favor, cariño. No te enojes, sabías que era lo correcto.- sollozó mamá.

Dejé que otra carga de lágrimas se desbordara por mis mejillas.

-No puede ser, no puede ser…- susurraba una y otra vez.

-Tamara- dijo papá.

Lo fulminé con la mirada.

-Danny te protegió. A pesar de sólo haberte visto una vez, te protegió.- dijo papá.

Aquello me dejó sin palabras… ¿Danny me había protegido? ¿Danny? Sentí un cosquilleo en el estómago. Tantas emociones en un solo día. Me sentía exhausta.

-Golpeó al jefe.- siguió papá.- Le dio un puñetazo en la cara. Su padre también está desempleado ahora.

No podía imaginarme al pasivo Danny golpeando a alguien. Se veía tan calmado e indiferente hacia los demás. Aquello sirvió para que me ruborizara y me arrepintiera por haberle gritado a mis padres.

-Lo siento.- sollocé.

Ahora sí que estaba más que confundida y enojada conmigo misma. Debía desposar a ese infeliz para que papá volviera a tener trabajo y la vida de siempre.

Papá volvió a arrancar el auto. El camino fue silencioso y doloroso. Papá no quitó la vista de enfrente en todo el camino mientras que mamá y yo no dejamos de sollozar en silencio. Esto se estaba poniendo feo. Tenía otra vez esas ansias de hablar con Danny carcomiéndome. Quería agradecerle. Abrazarlo, darle todo lo que tenía. Me había protegido. Eso era más que suficiente para entender que él era una de las mejores personas que había conocido en mi vida y que seguramente sería un gran amigo de toda la vida. Empezaba a tenerle un cariño, que estaba segura, que nunca le había tenido a nadie. Ni si quiera a mis propios padres. Cuando llegamos a casa, subí a la sala de televisión y prendí la computadora al instante. Esperando con impaciencia a que empezara a cargarse. Messanger se abrió automáticamente. Apareció una ventana que pedía que confirmara que Danny era mi amigo. La acepté y me percaté de que él era el único de mis amigos que estaba conectado, pero antes de que pudiera reaccionar, apareció en la pantalla una ventana con un “hola” escrito por Danny.

martes, 21 de septiembre de 2010

Secreto muuuy discreto

¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!! ¡¡¡WWWWWiiiiiiiiiiiiiiiii!!!! ¡¡¡7 seguidoras!!! :'( No saben lo feliz que me ponen jijiji ahora tengo que pasar por muchos blogs, pero no se preocupen, claro que me paso... jijiji Muchas gracias.

Ahora nada más quiero comentar jijiji que Dan saldrá en el próximo capítulo.

¡¡MUCHAS GRACIAS!! :D


Claro, sólo él me decía Tamara a parte de mis tíos. Suspiré resignada. Éste iba a ser un largo día.

-¡Any!- escuché la voz de Amy en la lejanía.

-¡Ya voy!- grité.

Dejé la nota en su antigua posición y fui hacia la cocina. Amy, Pat y Alex recogían la cocina. Los miré sorprendida.

-¡Gracias!

Amy sonrió.

-No creas que vamos a limpiar todo. Tú fuiste una de las principales causas de este desorden.

Reí.

-Cierto.

Limpiar la cocina fue lo más fácil comparado con lo que nos esperó en la tarde. Lavar ropa fue un tormento. Recogimos la sala de televisión, pues habíamos hecho un desorden con las palomitas y los cacahuates. Al final jugamos fútbol. Alec y Amy ganaron como siempre cuando estaban juntos. Era algo que aún no podía entender, pero que me parecía fascinante. Pat nos enseñó las fotos de Holanda. Ahora estaba enterada de que volvía a casa en una semana, por lo que íbamos a procurar vernos lo más seguido posible. Mientras tanto mis padres llegaron después de las siete, con las peores noticias que pude haber recibido en ese momento.

-¡Hola, cariño!- gritó mamá desde el recibidor.- ¿Y tus primos?

Salí corriendo de la cocina y al llegar le di un fugaz abrazo. Pat llegó pisándome los talones con un sándwich en la mano. Lo miré desconcertada.

-¡Pat! Qué gusto verte- dijo mi mamá ignorando el sándwich.

Mi desconcierto pasó a ser irritación. Se suponía que no podíamos comer nada hasta la cena, eran reglas de la casa. Pat disimuló una risita tosiendo. Lo miré extasiada. Él se encogió de hombros.

-Tía, qué bueno que ya vinieron.- contestó.

En ese momento llegaron Alex y Amy.

-Hola, muchachos.- dijo dándoles un abrazo a cada uno.

-¿Y papá?- pregunté buscándolo con la mirada.

-Está sacando unas cosas del auto.- susurró mamá algo nerviosa.

La miré con el seño fruncido.

-Bueno, ya que Pat come un sándwich ¿No quieren que les haga uno?- preguntó mamá.

Alex y Amy levantaron las manos a la altura de su cabeza con las palmas de frente al mismo tiempo.

-No, gracias- dijo Alex.

-No tenemos ganas.- continuó Amy.

Mamá los miró por un momento.

-¿Y tú, cariño?- preguntó volviéndose a mí.

Negué con la cabeza.

-¿Ya comieron, verdad?- preguntó inquisitiva.

Amy me miró confundida.

-Lo siento, mamá, pero tenían hambre y no sabían las reglas de la casa.- me excusé.

-Pudiste habérselas dicho.- dijo mamá.

-Es de mala educación, son nuestros invitados ¿O no?- la desafié.

Mamá suspiró resignada.

-Tía Clarisse, nos preguntábamos si podías llevarnos a casa.- dijo Alex rompiendo el incómodo silencio.

Agradecí aquella interrupción. Mamá suavizó su expresión.

-Claro, muchachos. Le avisaré a su tío.- dijo dirigiéndose a la salida.

-Gracias- dijo Amy.

Sonreí y ella me guiñó un ojo. Mamá salió de la casa dejando la puerta abierta tras ella.

-Bueno, prima. Espero nos veamos mañana.- dijo Pat con los brazos abiertos.

Negué con la cabeza.

-Yo los acompaño.

-Gracias, al menos no estaré sola en el coche con ellos.- dijo con una mirada acusadora.

Reí y caminé hacia la puerta. Al salir mamá hablaba en voz baja con papá. Al darse cuenta de mi presencia callaron al instante con una sonrisa nerviosa.

-¿Qué pasa?- pregunté mirándolos a los dos.

Mamá sonrió con poca convicción.

-¡Tamara!- dijo papá acercándose para darme un abrazo.

Lo paré.

-¿Qué es lo que pasa?- repetí.

Mamá suspiró con un dejo de tristeza.

-Creo que no es el momento adecuado.- susurró.

Asentí secamente.

En ese momento llegaron mis primos con sus maletas en mano. Papá ayudó a Amy y las subió a la cajuela del auto, que estaba estacionado en la entrada de la casa. Me subí y me senté en la esquina para que cupiéramos los cuatro. Amy se sentó junto a mí.

Como ayer, el camino fue silencioso. Por primera vez en el día tenía tiempo de pensar en Danny… ¿Me habría agregado ya? Me preguntaba una y otra vez. Por otra parte no podía dejar de pensar en lo extraños que se comportaban mis papás en ese momento ¿Qué era lo que se susurraban antes de que yo llegara? Me sentí frustrada, debí haber insistido en el tema. Perdí el hilo de mis pensamientos…

Papá dio un giro inesperado y caí encima de Amy. A su vez Amy cayó encima de Alex, que golpeó a Pat en la cabeza. No pudimos evitar empezar a reírnos.

-¡Any!- se quejaron mis primos al unísono.

-¡Papá!- me quejé yo entre risas.

-Lo siento, chicos. No me di cuenta.- contestó dándole poca importancia al tema.

Me di cuenta de que mamá al igual que papá estaba fuera de sí. Ninguno se veía contento. Sabía que no era lo correcto sacar el tema enfrente de mis primos, por lo que la curiosidad tendría que esperar hasta que los dejáramos en casa.

-Any, me hablas cuando llegues a tú casa ¿Entendido?- me dijo Amy.

Asentí.

-¿Me lo prometes?

Asentí nuevamente.

lunes, 20 de septiembre de 2010

¡Tantos sentimientos en sólo día!

¡¡¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHHH!!! No saben lo feliz que me pone tener tres seguidoras :3 jijiji En agradecimiento les dejo este capítulo, quizás esté un poco largo, pero espero que les guste ;)


Me desperté. Amy tomaba mi brazo con fuerza. Me deshice con delicadeza intentando no despertarla. Miré el reloj que reposaba en la pared ¡Las once y media! ¿Pero a qué horas nos habíamos dormido? Pat abrió los ojos y me miró por un momento.

-Buenos días, prima.- gruñó.

-Buenos días, Pat.- contesté.

Pat se incorporó lentamente, hasta quedar bien sentado.

-¿Tienes hambre?- le pregunté.

Él asintió.

-Ven, te hago algo de desayunar.- le dije incorporándome.

Él sonrió.

-¿Desde cuando sabes cocinar?- preguntó incrédulo.

-¿Por qué no te limitas a darme las gracias?

Salí de la habitación con Pat pisándome los talones. Me di cuenta de que aún traía el vestido del día anterior. Miré a Pat, que al igual que yo, seguía vestido.

-Entonces ¿Conociste ayer al chico que te gusta?- preguntó con curiosidad.

Asentí lentamente.

-¿Y qué me dices de él?

Lo pensé por un momento.

-No estoy segura.

Bajamos las escaleras y fuimos directamente a la cocina que estaba cruzando la sala. Dejé que Pat entrara, pero él me empujó y terminamos entrando juntos.

-Es diferente.- susurré.

Pat me miró confundido.

-¿Quién?

-Él.

-¿Él?- dijo con una misteriosa sonrisa.

-¡Pat!- me quejé.

Él sonrió.

-Es broma, primita.- dijo con sorna.

Reí.

-Típico.

-¿En qué es diferente?- preguntó con repentina seriedad.

Entré a la despensa y saqué la harina de hot cakes, junto con los huevos y la mantequilla. Coloqué todo en la mesa del centro de la cocina y me dirigí al refrigerador. Saqué la leche, entreteniéndome un poco.

-Aún no lo he descubierto.- contesté volviéndome hacia Pat, que jugaba con el salero.

Su cabello dorado empezó a brillar con los rayos del sol que se filtraban por la ventana a su lado. Me volteó a ver. Pat siempre había tenido un aire intimidatorio, pero cuando lo conocías bien, era fácil darse cuenta de que era un niño metido en un cuerpo de adulto. Pat siempre sabía cuándo estar serio y cuando no, eso sí. Sabía los límites y no los pasaba, pero sí llegaba a ellos.

-interesante.- dijo distraído.

Saqué un sartén e hice la mezcla de los hot cakes. Pat se levantó y empezó a ayudarme, pero todo terminó en un desastre. Pat me llenó de masa de hot cake todo el vestido, mientras que yo le llené el pelo, la cara y los brazos. Reíamos a carcajadas.

En ese momento escuché un ruido y sobresaltada me di cuenta de que Amy había bajado y había tomado a Pat por el cuello. Saltó y enrolló sus piernas en la cintura de Pat. Alex, en cambio corrió hacia mí y me tomó las manos, colocándolas tras mi espalda.

Amy y Alex sonrieron angelicalmente.

-Están arrestados.

Pat y yo reímos.

-En serio, los hot cakes ya están listos.

Amy soltó a Pat y fue a sentarse, mientras que Alex soltó mis manos y se dirigió al refrigerador. Tomé el plato en el que estaban los únicos hot cakes que nos habían salido bien y los coloqué sobre la mesa, mientras que Pat sacaba los platos y los cubiertos. Cada quien se sirvió una gran porción hasta quedar llenos.

-Pat, me vas a ayudar a recoger.- le ordené.

-Oblígame.- contestó defensivamente.

Lo fulminé con la mirada.

-Yo te ayudo.- se ofreció Amy.

Sonreí.

-Gracias, prima. Esto es un desastre.- dije mirando a mí alrededor.

Había masa hasta en las paredes, mis papás me iban a matar si no limpiaba pronto. Eso me hizo pensar ¿Dónde estaban?

-¿Qué pasó con nuestros tíos?- me preguntó Alex como si hubiera leído mis pensamientos.

Lo miré por un momento.

-No tengo idea.- susurré algo confundida.

Salí de la cocina decidida a revisar si estaban en su cuarto. Pasé por el recibidor y me di cuenta que había una nota en la pequeña mesa donde colocábamos las llaves. Me acerqué y tomé la nota con ambas manos.

Tamara:

Tu madre y yo tuvimos otra reunión. Sé que seguramente te enojes, pero era lo correcto ¿Alguien tiene que atender a tus primos, no? Cuando despiertes no olvides lavar un poco de ropa. Nos vemos en la tarde.

Papá