¡Lo lamento tanto! Parece que abandoné el blog, pero la realidad es que perdí la inspiración y decidí esperar a que volviera, pero no pensé que se tardaría tanto. Sé que tendría que prometer que escribiré más seguido para recompensarlas, pero la realidad es que... no estoy muy segura... este capítulo a penas lo pude sacar.
Caminé dando zancadas hasta la casa de enfrente. Toqué con todas mis fuerzas al quedar frente a la puerta ¡Estaba segura que él me abriría!
Y en efecto, un Jack adormilado abrió la puerta con ojos entrecerrados.
Lo fulminé con la mirada.
Tardó unos segundos en darse cuenta de que algo andaba mal.
-¿Pasa algo?- preguntó con voz cansina.
-Sí. Vengo a preguntarte si sabes algo sobre lo que pasó en la madrugada- pregunté sarcástica- digo, porque te vi asomado por la ventana.
No se inmutó.
-¿Hoy tenemos tarde de películas?- preguntó ignorando mi introducción.
-No- contesté terminante.
Sus ojos se abrieron desmesuradamente.
-¡¿Pero por qué?!- exclamó mostrando cierta irritación.
-Porque yo no soy amiga de gente que acusa.- me limité a explicar, sacando chispas por las orejas.
Jack soltó una carcajada.
-Te diré que yo no soy amigo de gente que no sabe apreciar los favores- replicó.
-¡¿Favor?!- grité desconcertada- ¡¿Le llamas favor a hacer que castiguen a tu mejor amiga el resto de su vida y no pueda salir con sus amigos?!
Su rostro mostró arrepentimiento.
-Así no podrás salir con él...- murmuró quedamente.
Asentí lentamente.
-Ya entiendo- dije intentando contener la voz- estás celoso...
-¡¿YO?!- exclamó con fingida inocencia.
Lo fulminé con la mirada.
-¡Por favor, Jack! Acéptalo, no soportas su presencia. Y lo peor de todo es que tuviste que llegar a esos extremos. Eso es caer bajo ¿Qué son los mejores amigos si la relación no es recíproca? ¿Cuántas veces te he ayudado?.... y cuando sepas la respuesta, entonces pregúntate cuántas veces me has ayudado.- insistí con impaciencia.
Sonrió negando con la cabeza.
-Una amistad sincera no pide nada a cambio.- repuso.
-Eso es altruismo, no amistad.- dije fríamente.- Entonces, que te quede claro, ya que estoy castigada, no nos podremos ver en lo que resta de mi vida.
Jack soltó una amarga carcajada.
-Como quieras, puedo esperar- me amenazó.
Y sin más preámbulos, me cerró la puerta en la cara.
Mi rostro se anegó de lágrimas rabiosas.
"Si así estamos..." Pensé para mis adentros. Me recargué contra la cuidada pared de la casa de sus padres y me dejé caer, cubriéndome el rostro con las manos. Aún no lograba asimilar que había perdido a mi mejor amigo... y sobre todo... se me había prohibido visitar a el único chico que amaría en toda mi vida... esto era como un doble castigo.
En aquel momento primero sentí tristeza, seguido de una frustración infinita y por último una rabia incontenible contra todos. Contra mi casa, mis padres, mis amigos, el colegio... todo lo que tuviera algo que ver con mi vida. Estaba harta, mi alma estaba cansada de vivir sin un rumbo fijo. Estaba hastiada de merodear, como una pantera durante la casa, asecha y siente rabia porque no consiguió su presa, no consiguió alimento para sus crías. Así me sentía yo, porque no conseguía lo que en mi sano juicio, necesitaba con fervor...
Había perdido a mi novio, a mi mejor amigo, la confianza de mis padres, la lealtad de Roger... todo por el amor ¿Para qué servía, entonces?
-Para vivir- me susurró alguien al oído.
Descubrí mi rostro con sobresalto.
Su perfecto rostro de arcángel mostró una sonrisa traviesa al extenderme la mano.
-¿Por qué no me acompañas, desconocida Tamara?- propuso con normalidad.
Reí entrecortadamente y tomé su mano.
-Es incorrecto, mis padres me tienen castigada.- susurré temblorosa.
Entonces asimilé sus primeras palabras, "para vivir". Toda mi concentración se quedó allí. Atrapada en el misterio de aquellas dos únicas palabras, para vivir.
Me ayudó a incorporarme, pero yo no lograba salir de mi trance.
-¿Pasó algo?- me preguntó con la sincera preocupación dibujada en el rostro.
-¿Seguro que no lees pensamientos?- pregunté confundida.
Me escrutó con la mirada, con un destello de diversión en sus hermosos ojos.
Quedé deslumbrada por un momento.
-No- se limitó a contestar.
Sopesé su respuesta por un momento y entonces recordé fugazmente una de nuestras veladas juntos, antes de que se fuera a estudiar medicina.
-Pero soy débil cuando se trata de ti.- seguí.
Danny rió con nerviosismo.
-Debo confesar que yo también.- susurró.
Lo miré sorprendida.
-¿En serio?- pregunté esperanzada.
-¿Confías en mí?- me preguntó con el seño fruncido.
-Claro.- contesté algo molesta.
¿Por qué desconfiaría de él?
-¿Por qué te mentiría?
Me encogí de hombros.
-Es sólo que aún no puedo creer que estemos juntos.
Danny rió y me cargó. Coloqué mis piernas alrededor de su cintura y le di un beso en la mejilla.
-Eres una loca.- se quejó divertido.
Reí.
-No es la primera vez que me lo dicen- contesté encogiéndome de hombros.- Aún así eres un bobo… hermanote.
Danny rió nuevamente.
-Mi hermanita del alma…- dijo entre besos.
Me dejó en el piso, pero sin soltarme.
-¿Alguna vez has escuchado “Hey, soul sister”?- me preguntó.
-Sí…- contesté con cautela.
-Esa canción es perfecta para todo lo que siento por ti.
Lo miré embelezada.
-¿Cómo lo haces?
-¿Cómo hago qué?- me preguntó incrédulo.
-No lo sé, pero me gusta.- contesté avergonzada.
Danny rió.
-La verdadera pregunta sería ¿Cómo lo haces tú?- me preguntó divertido.
No pude evitar repetir su pregunta.
-¿Cómo hago qué?
Ambos reímos.
-Lo averiguaremos con el tiempo.- dijimos ambos al unísono.
Volvimos a reír.
Miré a Danny directamente a los ojos. Él sonreía. Me estrechó suavemente, dejando que me levantara de puntitas, alcanzando sus labios. Sentí aquella sensación electrizante. Sentí cómo mi sangre hervía y mis latidos se volvían desbocados. Su tacto me quemaba y a pesar de todo, sus labios endulzaban todo, haciéndome sentir en un mundo lejano.
Puse mis manos en su rostro, besándolo con mayor insistencia. Ambos parecíamos tener las mismas ansias, pero todo acabó cuando Danny me separó lentamente, dándome un reconfortante beso en la frente. Lo miré embelezada ¡Él sí que hacía magia!
-Any, creo que los dos somos los que hacemos magia.- susurró escrutándome con la mirada.
Sonreí.
-¿Seguro que no lees mentes?- pregunté.
Él sonrió de oreja a oreja.
-No, hermanita.
Suspiré resignada y me solté de su abrazo. Me parecía un misterio ¿O sólo había sido una coincidencia? Salí de la cocina con Danny pisándome los talones. Subimos las escaleras y entramos a mi habitación.
Una lluvia torrencial me sacó de mis recuerdos. Danny me jaló hasta la protección de un árbol y me rodeó con los brazos, cubriéndome el cabello.
Entonces ambos empezamos a reír. Sencillamente, sin palabras, reímos a carcajadas. Tanto que hasta el estómago me dolió por el esfuerzo.
-¿Cuántas veces nos ha pasado así?- pregunté entre risas.
-Lo siento, desconocida, pero nunca nos ha pasado.- contestó Danny poniendo una fingida expresión de pocos amigos.
Lo fulminé con la mirada, pero finalmente la risa nos venció y hasta empezamos a retorcernos. Me solté de su abrazo, olvidando por un momento. Salí a la lluvia dando vueltas, sin importar que mi cabello escurriera. Seguí dando vueltas y vueltas.
Sentí sus fuertes manos tomar mi cintura.
Me volví sonriente.
-¿Me concede esta pieza?- preguntó escrutándome con la mirada.
Me incliné.
-Por supuesto, venerable majestad- contesté con fingida diplomacia.
Entonces su expresión se volvió calculadora.
Tomó suavemente mi cadera, controlando sus movimientos, haciéndolos suaves, sus manos se amoldaron. Lo observé con atención antes de proceder y colocar ambas manos alrededor de su cuello, imaginándome que en realidad eran cadenas que lo retenían para siempre en mis calavosos.
-Seré parte de ti siempre, Any- me susurró al oído, antes de seguir el irreconocible ritmo del chapoteo de la lluvia.
La magia de aquellas palabras recorrió mi cuerpo entero, provocándome escalofríos.
Lo miré entre deslumbrada, sorprendida, exultante.
Pero toda magia se perdió cuando recordé mi reciente pelea. Paré de golpe, las lágrimas se combinaron con la lluvia que recorría mi rostro.
Bajé la mirada, deseando que Danny no se hubiera percatado. Él tomó mi mentón entre sus manos y me observó con atención.
-Él te ama- afirmó.
Mi labio inferior tembló levemente al entreabrirse.
Danny sonrió sin que la felicidad le llegara a los ojos.
Su flequillo empapado cubría su ojo izquierdo. Sus músculos se marcaban en aquella camiseta mojada.
-Y yo lo amo- susurré dolida- pero no tanto como a ti...
hay que romantico me a parecido el capituo quiero mas.asta la proxima besos
ResponderEliminarHola Nessy !
ResponderEliminarSoy Dany!!!
Sé q llevo tiempo sin pasarme x aki :( pero el cole me tiene super ocupada :/
OMG! Está buenisisisimo el capii ! ^^
Lo adoreee!
Uy, solo tngo 2 palabras para describir a Jack
1- Idiota
2- Enamorado
Q lindoooouuu Danny, es perfecto *.* lo amooooo
No puede ser q Any tambn ame a Jack ! O.o
Danny y Any tienen q estar siempre juntos! :D
Ya no puedo esperar a tu prox cap !!! ;)
Si pueds, me gustaria q t pasaras x alguna d mis dos noves, con Ga http://daygahistory.blogspot.com y la otra con Mariana http://maldiciondeamor.blogspot.com
Publik Pronto
KiSsEs DaNy
P.D: ¡ FELICIDADES X TU PREMIO ! T lo mereces ;)