Después de más de 30 siglos bajo la opresión de los gailte, los sobrevivientes de la raza humana deciden rebelarse. Y así es como la joven Sentela de a penas 39 años de edad, deja su hogar, la Luna, para enfrentarse a oscuros secretos y recuperar la vida en la Tierra.
miércoles, 18 de mayo de 2011
La visita
lunes, 16 de mayo de 2011
Recuerdos borrosos
Me abrazó y yo le devolví el abrazo fuertemente. Sentí sus cálidas lágrimas resbalar por mi suéter.
-Danny…- murmuró con la voz quebrada- lo siento tanto.
-No sé cómo decírtelo… es sólo que… me gustaría que me acompañaras a la… incineración.- murmuré conteniendo la rabia.
Rabia de que no había podido hacer nada por mi mamá, rabia de que la había perdido para siempre. Aquella mujer despampanante que tanto había velado por mi hermano y por mí.
Me percaté entonces de que Any me miraba con preocupación, pero asintió lentamente, sin perderme de vista. Sus ojos empezaban a anegarse de lágrimas.
-Te acompañaré- murmuró.
Vi en ella su apoyo incondicional, sus hermosos ojos... deseé limpiar sus lágrimas. Ella en realidad sufría y veía lo que yo sufría, como si hubiera una conexión.
-No sabes cuánto significa esto para mí.- agradecí finalmente.
La tenía a mi lado, ella lo había demostrado con ese gesto y eso era algo que yo apreciaba mucho.
Había perdido a Any. Y una segunda punzada de dolor cruzó mi pecho, pero aquel no era un presentimiento, aquel era dolor que venía de mi corazón.
Mi único consuelo era que tenía el presentimiento de que Any todavía me amaba.
Ahora volvemos a México jajajaja ¡No estoy segura de haber mencionado alguna vez en qué lugar se desarrolla la historia! jajajaja Pero es que no me decidía en qué lugar podía ser, entonces, después de pensarlo largo rato ;) ¡Aquí estamos! :P jajajaja Espero que les gusten los recuerdos de Any.
La lluvia se intensificó. Las gotas golpeteaban rítmicamente la ventanilla del coche. Yo me limitaba a ver hacia afuera, perdida en mis pensamientos, recordando aquel día que Danny me besó antes de la incineración de su madre. Recuerdos lejanos, recuerdos que ya no debían tener sentido para mí. Pero lo tenían y mucho, por más que quisiera negarme. Pero sobre todo, estaba confundida ¿Qué hacía? ¿Por qué iba? ¡Yo ya no amaba a Danny! Pero una vocecita en mi interior me reprochó. Ciertamente, querer a Fabián y a su padre era independiente de si quería a Danny o no... "Pero tú aún lo amas" dijo la vocecita indignada. Muy bien, debía admitirlo. Yo lo amaba, él era mi alma gemela, inevitablemente había una conexión que tampoco podía ignorar.
Y como aquella primera vez, empecé a sentir dolor, su dolor. El dolor de mi hermano. Sabía que él sufría, lo sentía a pesar de que él estuviera en Alemania. Y me lamenté, yo debía amar a Jack... entonces la misma pregunta volvió a embargar mi mente ¿Qué hacía? Pero no dudaba de mi decisión de ir al hospital, sino de mi decisión de haber aceptado a Jack como mi novio. Lentamente empezaba a darme cuenta de que lo había usado. Y empecé a sentirme culpable ¿Era normal que mis mejores amigos terminaran siendo mis novios? Y ahí iba otra vez la vocecita de metiche: "Roger... olvidas a Roger" El enojo de Roger era el que más me dolía... y a Miranda también. Roger, el amigo incondicional que nunca pude corresponder. Roger y Jack siempre fueron buenas opciones, me dan más de lo que hubiera pedido... pero Danny. Lamentablemente, siempre tuve preferencia por Danny. Nunca hubo otra opción.
Aquí estoy.
Dos años después de conocerlo.
Su padre enfermo, después de haber perdido a su madre.
-Aquí estoy...- dije para mí misma.
El conductor del taxi se volvió extrañado hacia mí, pero le resté importancia.
Me concentré en las gotitas que recorrían el frío vidrio. Mi aliento opacaba el vidrio. El día había entristecido.
Y perdí la noción del tiempo, cometiendo el error de volver atrás a mis recuerdos.
-Hemos llegado- anunció el hombre, sacándome de mi ensimismamiento.
-Gracias- susurré.
Abrí la puerta, aún fuera de mí.
El hospital parecía muy concurrido. Gente entrando y saliendo, con diferentes expresiones. Algunas de alivio, otras de dolor, preocupación...