¡Por fin! :D :D :D :D jejejeje ¡¡Al fin terminé el capítulo!! Creo que está muuy corto, pero espero que les guste ;) Muchas gracias por sus comentarios ;) :) :) Como a cualquier escritora, me ayudan a salir adelante. Espero que les guste:
Jack me rodeó la cintura por detrás y besó suavemente mi mejilla.
La vendedora nos miró inquisitiva.
-¿Algo más?- preguntó de mala gana.
-No, eso es todo, gracias- contesté con una sonrisa involuntariamente forzada.
Entregué el dinero.
-Lo recogen en la barra- informó señalando vagamente una mesa de mármol al fondo, junto a un letrero del procesamiento del café.
Me dirigí hacia la barra con Jack pisándome los talones.
Me recargué sobre el frío mármol y cerré mis cansados ojos, intentando no perder la compostura.
-¿Tú no querías nada?- murmuré preocupada.
Lentamente abrí los ojos.
Jack negó con la cabeza y se encogió de hombros.
-No tengo ganas de nada en particular.- contestó.
Me sorprendió la cercanía entre ambos rostros.
Reí quedamente y besé suavemente su mejilla.
-¿Ni si quiera de esto?- pregunté juguetona, presionando suavemente mis labios sobre los suyos.
Tomó mi mano y la apretó con fuerza.
-Eso ya es diferente- repuso.
-¡Mocca frappuccino!- exclamó un muchacho detrás de la barra.
Me volví lentamente.
-Gracias- dije al tomarlo.
El muchacho sonrió cálidamente, a diferencia de la cajera.
Jack y yo caminamos en busca de la mesa en donde se sentaban los demás.
Sora nos sonrió al fondo del local y señaló dos lugares.
Al llegar a la mesa, cada quién se sentó en su respectivo lugar.
-¿Recibiste noticias?- le pregunté a Miranda, inclinándome disimuladamente hacia ella.
No contestó de inmediato, como si asimilara la situación.
Me pasó el celular por debajo de la mesa. En la pantalla había un mensaje:
Miri, no puedo ir, mis papas tienen una cena y dbo acompañarlooos. iia sabes q a parte no iría + Jack, me enoja verloo. Tampoco tngo ganas d ablar + ustedes.
Soy sincero +tigo.
Solté un hondo suspiro y le devolví el celular a Miranda, que tenía la mirada perdida en las suaves gotitas que empezaban a golpetear contra el vidrio de la ventana.
-¡Ya va a empezar a llover!- comentó Sora volviéndose igualmente hacia la ventana.
Jack la imitó.
-Últimamente el clima ha estado muy extraño.- coincidió Jack.
-¡Claro! Verano no es época de lluvias.
-¿Cómo es el clima por allá?- pregunté intentando disimular mi preocupación.
-Húmedo, pero cálida...- lo pensó por un momento- tropical, en realidad.
Reí.
-Entonces el frío te ha de haber tomado de golpe- afirmé.
Sora rió conmigo.
-¡Claro que no, tontita! ¿Ya olvidaste que aquí viví toda mi infancia?- repuso.
Recordé vagamente los días que saltábamos en los charcos de lluvia, con botas e impermeables, todas reían.
-¡Qué buenos tiempos eran aquellos!- exclamé.
Sora asintió.
-La secundaria con tantos exámenes, que nos juntábamos para estudiar juntas.- recordó Sora.
-¡Y todos los muchachos que andaban por ti!- agregué.
Sora se sonrojó levemente.
Jack y yo soltamos una carcajada.
-La ciudad ha cambiado mucho desde que la dejé- murmuró Sora.
Me incliné hacia ella, a pesar de que estaba hasta el otro lado de la mesa.
-Los cambios son constantes e inevitables, es sólo cuestión de adaptarse.- dije.
Ella sonrió.
Entonces mi celular empezó a sonar.
Lo saqué rápidamente del bolsillo de mi chamarra. Pulsé el botón para contestar, sin siquiera ver de quién se trataba.
-¡Any!- exclamó una voz terriblemente familiar.- ¡Pensé que no contestarías después de todo lo que ha pasado!
Quedé rígida en mi lugar, incapaz de mediar palabra.
-¿Any?- preguntó aquella voz desde la otra línea.
-Fabián... ¿Qué pasó?- fue todo lo que alcancé a decir.
-¡Te necesito en el hospital que está a dos cuadras de nuestra casa! Mi padre tuvo un infarto.- explicó breve y rápidamente.
-¿Y...- respiré hondo antes de pronunciar aquel nombre-... Danny?
-Hablé al instituto, pero para ellos ahorita es la madrugada, él seguía dormido. Le avisarán mañana por la mañana... lo más probable es que llegue en tres días.- aseguró.
Suspiré aliviada.
-Muy bien, enseguida voy- vacilé antes de continuar- ¿Cómo está su padre?
-En recuperación- murmuró Fabián.
-Nos vemos- me despedí antes de colgar y mirar extrañada a los presentes en la mesa.
Jack, Miranda y Sora me miraban fijamente con la interrogación dibujada en el rostro.
Entonces caí en la cuenta de que nos habíamos venido caminando.
-Necesito llegar al hospital- murmuré volviéndome hacia Jack.
Él pareció sopesarlo por un momento.
-Supongo que pediré un taxi.- contestó incorporándose lentamente de su asiento.
-Gracias.
Me volví hacia Sora.
-¿Qué pasó?- preguntó notablemente confundida.
-El papá de un viejo amigo está en el hospital y debo ayudar un poco- me limité a contestar.
No le diría del papá de quién se trataba.
Sora rió tranquilamente.
-Siempre que nos vamos a ver, algo pasa, querida.- comentó.
Reí.
-¡Perdón! Yo tampoco entiendo qué pasa.- me disculpé.
Sora sonrió.
-Será mejor que vayas a acompañar a tu viejo amigo.
Pude ver en sus ojos que ella sabía de quién se trataba a pesar de mis breves palabras.
Miranda se incorporó.
-Supongo que dejaremos la plática para otro día. Al fin y al cabo, Sora se queda todavía una semana más.
Asentí lentamente y me incorporé también.
-Todo se va a arreglar- le dije abrazándola.
Ella me devolvió vagamente el abrazo.
Me dispuse a abrazar a Sora, quien me devolvió el abrazo con fuerte cariño.
-Cuídate- me aconsejó.
Sonreí.
-Tú también.
Al salir del local, Jack me esperaba con la puerta abierta de un taxi.
Me acerqué a abrazarlo.
-¿Quieres que te acompañe?- preguntó.
Al mirarlo a los ojos, pude ver el esfuerzo que le había costado formular aquella pregunta.
-¡No te preocupes! Yo puedo encargarme de esto. Nos veremos en un rato ¿Te pareces?
Sus facciones se suavizaron.
-Muy bien- se limitó a contestar besándome suavemente en los labios.
Disfruté aquel momento por sólo unos segundos. Acaricié su mejilla y entré al auto. Jack cerró la puerta y se acercó nuevamente al Starbucks, sin perderme de vista.
Sonreí con pesar y me volví hacia el conductor para darle la dirección.
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