jueves, 22 de diciembre de 2011

La diosa Luna

Bueno pues, este capítulo se lo dedico a Luciana de Fire Girl, por todo su apoyo. Aquí continuamos con Cαżαdοrα εrrαητε⌘, ya con su tercer capítulo ;) Espero que les guste la nueva historia ya con nuestros nuevos personajes, que por cierto todavía no los cambio en la parte de abajo, entonces no podrán ver cómo se llaman, pero... hehehe ya me encargaré. hahaha y haciéndole publicidad al concurso ¡Anímense, bloggeras! Estoy muy contenta :D :D porque... ¡Ya me llegaron unas cuantas historias! ;) Pero ya no les hago más cuento. Aquí está el capítulo:


La luz me deslumbró por un momento. Y cuando se extinguió me costó un poco adecuar mis ojos a la penumbra. El oso yacía inerte en el piso...

El leopardo caminó sigilosamente hacia mí.

-Tomaste la decisión correcta- aseguró el leopardo inclinando la cabeza hacia abajo como en una reverencia.

Pude notar a pesar de la oscuridad, que cerca de su oreja había una mancha en forma de luna.

-La diosa Diana…- murmuré sorprendida.- ¿Eres… tú… la…?- tartamudeé.

-¡Por supuesto que no!- rió con tanta dulzura.

Su voz era tan inhumana como la del oso, pero aquello no le quitaba que era hermosa y tranquilizante.

Y a pesar de todo, mi respiración era entrecortada, yo todavía sostenía el arco en alto.

-Puedes bajarlo, ya no hay peligro, querida- aseguró mirándome directamente a los ojos.

Lentamente bajé el arco.

-¿Te envió ella?- quise saber.

El leopardo meneó la cabeza.

-En cierto modo, tiene algo que ver con ella- se limitó a contestar.

Mis sentidos se pusieron alerta. Las preguntas se amontonaban en mi cabeza ¿De dónde venía? ¿Por qué me había salvado? ¿Cómo era que podía hablar? ¿Sería un espíritu? ¿Por qué tenía la marca de la diosa Diana?

-Gracias- fue todo lo que pude decir.

Sus ojos me penetraron.

-Sé que tienes muchas preguntas, pero lamento decirte que no puedo contestar ninguna de ellas…- se disculpó.

Mis labios temblaron, mi cuerpo estaba tenso, la idea del fracaso nublaba mi mente ¡No podía matar a mi salvadora! Pero eso significaba el destierro de mi tribu.

Suspiré con pesar.

¿Ya para qué volver? Sería mejor empezar a acostumbrarme a mi vida de cazadora errante.

-No tiene que ser así, querida- dijo el leopardo leyendo mis pensamientos- a propósito, mi nombre es Mina.

Asentí lentamente.

-Soy la cazadora Καητσ.- dije con una leve pero lenta inclinación de cabeza- me has salvado la vida, por lo tanto no continuaré con mi tarea y te dejaré ser libre…

Mina soltó una carcajada.

-Sé que no sólo eres una cazadora, querida…- aseguró.

La miré desconcertada aunque sabía que no podía ver mi rostro gracias a la capucha.

-Sólo soy una cazadora- la interrumpí.

Ella negó con su gigantesca cabeza de felino.

-Tú eres la princesa de la tribu airgua.- continuó.

Rápidamente tomé el cuchillo que había caído a mis pies y me puse en posición de ataque.

-Nadie debe saber esa información…- la amenacé.

Mina sacudió la cabeza.

-Cuidado con eso, que es fácil herir. En donde yo vivo no hay secretos.- dijo lentamente atenta al cuchillo.

Reí sarcástica.

-Ni privacidad…- comenté.

Se encogió de hombros.

-Es lo de menos. Pero baja tu arma, cazadora, que no pretendo hacerte daño.- me amenazó.

Suspiré.

-Será mejor que me vaya…- musité guardando el cuchillo en su funda.

Guardé mi arco en la aljaba y le di la espalda a Mina, metiéndome entre la maleza de los árboles. Escalé por el árbol que había tirado el oso y crucé al otro lado pisando ramas a cada paso que daba hasta que llegué a un claro del bosque.

Condenada a la soledad eterna, eso era lo que pasaba. No volvería a ver ni a mis hermanos ni a mis padres ¡Qué triste realidad! Recordé fugazmente la primera vez que mi padre me entregó mi arco. Desde entonces, siempre sentía una calidez abrasadora cada vez que lo tenía entre mis manos. Ahora había perdido las dos únicas flechas que me habían dado para mi travesía. Una después de ser atacada por el dragón de tierra y otra después de ser atacada por un espíritu cazador que había reencarnado en un oso de tamaño descomunal ¿Por qué me hacían esto? Estaba segura que a ningún cazador le habían puesto tantos obstáculos, de haberlo sabido, hubiera traído más flechas aunque la tradición lo prohibiera.

Continué por un camino sinuoso obviamente creado por humanos que seguramente llevaba a las rutas de comercio. Mi vuelta hubiese sido en tres días… pero ahora… ya no había vuelta.

“Ser condenado a la soledad es lo peor que a un humano le puede pasar” había dicho el sabio del pueblo.

“La capa negra como la oscuridad de la noche y las vestimentas blancas como la luz del día. Nadie podrá ver tu rostro ni tus vestimentas o sabrán tu procedencia y querrán matarte” había dicho en cambio la más vieja de las mujeres.

Hacía tres días que había partido y ya había fracasado.

Mis pasos eran firmes, quién sabe a dónde iría o con quién. No tenía donde ni nadie. Estaba sola. En otros tres días podría volver a cazar cualquier animal y podría descansar. Ése era mi único consuelo. Mientras perdurara lo lograría.

Pronto el camino me llevó hacia el río. Metí mi pie seguido del otro. El agua me llegaba a la cintura, pero la corriente era leve, así que crucé a la otra orilla sin ningún problema. Salí con la mitad del cuerpo mojado, pero no era nada que me impidiera seguir con mi travesía por el bosque.

Entré nuevamente a la maleza del bosque sin detenerme en ningún momento hasta que el alba de un nuevo día empezó a asomar por el horizonte. Sentía que alguien seguía mi rastro desde que había dejado a Mina junto al cadáver del oso. Empezaba a sentirme agobiada, por lo que desenfundé mi cuchillo volviéndome hacia atrás, dónde más fuerte sentía la mirada de mi silencioso perseguidor.

Cerré los ojos y sentí la tierra a mis pies. Había una presencia conocida escondida entre la maleza. Ligera pero pesada…

-Mina, puedes salir, ya sé que me estás siguiendo.- grité hacia los árboles.

Su pata blanca con manchas negras asomó entre los árboles seguida de su cabeza y el resto de su cuerpo.

-Muy astuta, querida. Sólo quería asegurarme de que estuvieras bien- se excusó.

Sonreí conmovida.

-Entonces…- especulé- ¿Todo este tiempo me has estado cuidando?

Mina asintió lentamente.

-Te hemos estado cuidando…- me corrigió.

Fruncí el ceño en la oscuridad de la capucha.

-¿Hemos?- pregunté curiosa.

Mina asintió lentamente.

-Hay muchos peligros en el bosque para una joven princesa como tú.- explicó lentamente.

Algunas cosas empezaban a tener sentido en aquel momento.

-¿Quieres decir que por eso he recibido el ataque del dragón de tierra y del espíritu cazador?- Mina asintió lentamente- ¿Y todo este tiempo he estado intentando matar a mi protectora?- Mina asintió por segunda vez.

Me sentí tan arrepentida en aquel momento ¿Todo el tiempo persiguiendo a mi protectora? ¡Qué tonta había sido!

Mina sacudió la cabeza.

-No te culpes por algo que no sabías. Era parte del plan hacerte creer que yo era tu presa, debías seguirme, pero lo arruiné todo cuando salí al encuentro del oso.- intentó consolarme.

Ahora era yo quien sacudía la cabeza lentamente.

-¿Mis padres sabían de esto?- pregunté.

-Nadie más que la diosa Diana y tus padres.- contestó.

¡¿Mis padres?! ¡Pero qué confuso! ¿Qué rayos pasaba? ¿Era esto en realidad una prueba?

-Por ahora seré yo quien te cuide, pero he fracasado en mi misión. Revelé parte de mi identidad, así que te cambiará de protector- dijo ignorando mis pensamientos.

-¡Oh, no! Me gusta que tú seas mi protectora, quédate tú, por favor, Mina- le supliqué.

Mina negó lentamente con la cabeza.

-Lo siento, pero no es mi decisión.- se disculpó contrariada.

Miré mis pies descalzos.

-Gracias por todo, Mina…- susurré.

Ella se encogió de hombros.

-No hay de qué, cariño- contestó divertida.

Pero mi curiosidad aún no se saciaba.

-¿Cómo es que hablas? ¿Te aferraste a tu vida al morir?- pregunté curiosa.

Mina comenzó a caminar.

Le seguí el paso.

-No…- contestó lentamente- alguien se enojó conmigo y me robó mi apariencia humana al convertirme en leopardo.

Mi curiosidad no parecía saciada, pero preferí no preguntar nada más, aquel tema parecía muy delicado.

-¿A dónde vamos?- pregunté después de un largo silencio.

-A mi tribu- se limitó a contestar Mina.

Empezaba a acostumbrarme a sus respuestas incompletas, siempre dejaba cierto misterio al final. Siempre parecía que faltaba algo más.

-¿Cuál es tu tribu?- insistí.

Mina rió suavemente.

-Tu misión ya no tiene sentido después de haberme conocido, así que puedes comer como lo hacías antes y puedes dormir.- me instruyó sin dar respuesta a mi pregunta- Lo único que no puedes hacer es quitarte tu capa, porque a pesar de todo, tu identidad debe seguir siendo secreta a cualquier ojo, sino, habrá muchos que intentarán matarte.

Asentí lentamente. Mina parecía tan confiable después de todo, era dulce, decidida. Me imaginé cómo pudo haber sido con su apariencia humana. Me imaginaba una chica alta y de cabello negro al igual que sus ojos.

Rió.

-¡Es chistoso que pienses sobre mi apariencia!- comentó divertida- hace tiempo que la gente había olvidado mi maldición.

Reí con ella.

-¿Qué se siente ser un leopardo?- pregunté intrigada.

-Tú haces muchas preguntas, querida- dijo lentamente.

La miré fijamente.

-Es extraño caminar en cuatro patas… y no tener manos. Pero con el tiempo le vas encontrando el uso…- empezó, interrumpiéndose al final.

-¿El uso a qué?- la incité.

-A la boca, a las garras, a las orejas, incluso a la cola. Lo único que me queda de humano es mi voz.- concluyó.

Caminamos un largo trecho sin mediar palabra. Algo en mi interior me decía que las respuestas saldrían sin necesidad de preguntas.

3 comentarios:

  1. Nessy, muchas gracias por dedicarme este capitulo!! en verdad ha estado muy bonito! Tu historia me gusta cada vez más por que tu narración es realmente buena ademas de que la historia esta llena de misterios y no hay que olvidar que tiene esa magia que te envuelve desde el primer momento. Espero que sigas escribiendo! y tratare de entrar al concurso :) creo que tengo algunas ideas ^^. Por otro lado, ya se acerca navidad así que espero que la pases muy bonito!

    Saludos,

    Luciana.

    ResponderEliminar
  2. Me encanto¡¡¡ ya envie mi historia a tu correo¡¡ lo unico que no coloque es el nombre del blog es: El Viaje a mi Felicidad, espero que te guste la historia n.n
    Besos¡¡
    Publica pronto¡¡

    ResponderEliminar
  3. Algunos detallitos mínimos de redacción, pero la historia se va haciendo cada vez más interesante.

    :)

    ResponderEliminar

¡Me encantan los comentarios! Agradezco que te hayas pasado unos minutos.