¡¡Disculpen que me haya tardado tanto en publicar pero es que he estado tan ocupada y he tenido tantos problemas con el Internet y la computadora que de repente era prácticamente imposible!! Pero bueno, aquí les traigo el último capítulo ;) Espero que les guste y lo disfruten mucho. Pero... hahaha antes de que se pongan a leer, tengo dos cosas que decir:
La primera :D :D :D :D :D :D ¡¡Bienvenidas a las nuevas seguidoras!! Es un sueño haber llegado a las treinta seguidoras... hehehehe nunca en mi vida me lo hubiera imaginado y creo que en parte se lo debo a Lu de "Fire Girl", que después del concurso que hizo me ha ayudado mucho con la publicidad del blog :3 :3 :·3 (Pásense por el blog, se los recomiendo muchísimo; Si están interesadas en misterios, en castillos medievales y poderes sobrenaturales, con personajes de estirpe real e intriga, no lo duden, en serio). Pronto seguiré con ⌘Cαżαdοrα εrrαητε⌘.
Como segundo punto. Pues, como verán, he dejado las encuestas, para que puedan ver los resultados. Así que, tendremos concurso de Navidad y especial de Any y Danny ;) hahahahaha. Para el concurso de Navidad necesito:
- Su nombre
- El nombre del blog y el link
- Una historia de máx. 10 páginas (Once en caso de que necesiten un poquito más, pero como límite oficial dejémosle en diez)
- La historia deberá ser de la siguiente forma: hahahaha De lo que ustedes quieran, pero el personaje principal debe tener ojos verdes. Suena absurdo, pero, es que no puedo obligarlas a nada, mejor dejemos que su imaginación fluya ;)
¡Anímense a participar! El premio lo decidiremos cuando haya una ganadora, pero ya saben que siempre está la opción de hacerle publicidad al blog (Que por lo menos a mí es lo que más me ha funcionado cuando entro a concursos hehehe pero últimamente estoy tan ocupada, que se me complica un poco la cosa. Pero si se me ocurre algo más creativo, les avisaré ;)
Sin más preámbulos, muchas gracias por todo su apoyo. Aquí les dejo el siguiente y último capítulo:
En algún lado, en alguna parte del mundo. Era por ahí, por donde podían estar Any y Danny, pero en realidad nadie sabía ni había encontrado hasta el momento alguna pista o indicio de que Danny y Any pudieran estar vivos. La señora Sabas se imaginaba lo peor. Recordaba al antiguo jefe de su esposo y sus pelos se ponían de punta mientras las lágrimas se desbordaban por sus mejillas.
-La vamos a encontrar, cariño, sólo es cuestión de mantener la esperanza- le susurró el señor Sabas al oído y la estrechó con suavidad.
El jefe al mando de aquel caso discutía con uno de sus agentes dentro de su oficina, pero aún estando afuera, los presentes escuchaban los gritos.
¿Qué haría la señora Sabas sin su esposo? Si él no le recordara todo el tiempo que mantuviera la esperanza, ya la hubiera perdido hace tiempo.
Fabián se adelantó unos pasos con su padre aferrado a su brazo y Sora sosteniéndolo por el otro. Y a pesar de todo, el señor Fontana seguía erguido con orgullo, como en su juventud. Feliz de su metro noventa y del panorama que su altura le favorecía. A simple vista, difícilmente se podía notar que rondaba los cincuenta, pues su porte le daba aspecto de treinta y pico. Pero era fácil deducir de dónde habían sacado sus dos hijos la espalda ancha. Aún así, la pena en aquel hombre era infinita. Sus ojos miraban preocupados hacia un punto indefinido y su concentración más bien, estaba forzadamente en los gritos.
-El chico y la chica deben estar muertos- se escuchó con claridad.- a estas alturas ya no podemos hacer nada.
-Por supuesto, debemos encontrar al asesino antes de que asesine a más gente- lo corrigió el detective Woldmann.- y como jefe al mando te ordeno que vuelvas al trabajo y no vuelvas a mencionar la muerte de los jóvenes ¿Está claro?
No se escuchó ninguna respuesta. Más bien, la perilla de la puerta giró y se abrió con lentitud mientras el agente salía de la oficina y miraba a los presentes con lástima.
Fabián le lanzó una mirada asesina, mientras la señora Sabas sollozaba sobre el hombro de su esposo, cuyo rostro estaba deformado por el dolor.
El detective Woldmann se recargó en el umbral de la puerta, cruzando los brazos, y miró de uno en uno con aquellos intensos ojos azules que habían vivido más de lo que aparentaban.
-No lo escuchen- dijo con su voz fría, pero segura, que solía causar un efecto algo desconcertante en la gente a su alrededor- no se han encontrado cuerpos ni evidencias de violencia. Sabemos que Mateus estuvo en su antiguo edificio de Londres, pero parece que lo dejó hace más de un mes. El lugar ha estado clausurado desde que lo arrestaron. Pero recibimos informes por parte de la aduana, que aseguran haber visto a un hombre con las características señaladas hace no menos de tres semanas. Así que todo nos lleva a que están aquí, en México. Ya he mandado un escuadrón de seguridad al antiguo edificio de la compañía. Es sólo cuestión de esperar.
Una llamarada de esperanza se encendió silenciosamente en cada uno de los presentes.
:D :D Aquí volvemos con Any:
No es que tú lo decidas ni que los demás lo decidan por ti. Muchos le tienen miedo a la muerte y otros se resignan a cumplir el destino cuyo camino termina siempre en el mismo lugar… la muerte. Nadie se salva, ni nadie decide cuándo. A veces unos rozan la muerte por necesidad, a veces otros por obligación, pero la fuerza que lo decide no está en manos de nadie, ni siquiera del propio asesino. Yo podría decir que ya estaba resignada a aquel destino cuya fecha ya estaba dada. Pero la decisión no se toma con antelación. Se toma en el momento ¿O estaré equivocada?
Los segundos pasaron como si hubiesen sido horas. Mis sentidos estaban desorientados y mis piernas temblaban incontrolablemente. Mis latidos eran tan fuertes que zumbaban en mis oídos, sin dejarme escuchar mis propios pensamientos.
No podía abrir los ojos, sencillamente no podía. No era capaz de ver su cuerpo inerte en el suelo y comprobar lo que mis oídos habían escuchado.
La muerte había dejado al silencio en su lugar.
Pero en aquel momento ya nada me importaba, las lágrimas rodaron en silencio por mis mejillas, juntándose en mi mentón y cayendo al suelo. En realidad, era un milagro que todavía pudiera mantenerme en pie.
Di dos pasos hacia delante y sentí cómo alguien quitaba las cadenas de mis magulladas manos. Todo parecía tan frío de repente.
Una cuarta y una quinta lágrima cayeron al suelo.
-Abre los ojos…- me susurró alguien al oído.
Al instante, los latidos de mi corazón se pararon, pero no me moví ni un solo centímetro. Había entrado en estado de shock, quedando rígida en mi lugar.
Acarició suavemente mi brazo. Era inconfundible. Su tacto quemaba.
Con esfuerzos enormes, abrí los ojos, encontrándome con unos hermosos ojos verde esmeralda… ¡¿Pero qué rayos…?!
Creo que ya entendía, Mateus me había disparado a mí y aquello era el paraíso.
Solté una risita histérica y dejé que las lágrimas fluyeran libremente.
-¿Qué sucede, Any?- preguntó con dulzura.
Negué con la cabeza, desviando la mirada hacia el suelo.
Danny me tomó con extremada lentitud entre sus brazos.
-Es sólo, que todo parece tan real- musité disfrutando su cálido abrazo.
Danny rió angelicalmente.
-¿Debo preocuparme?- preguntó callando por un momento- Creo, hermanita, que estás en estado de shock.
Negué con la cabeza, sollozando en silencio.
-¿Ya miraste a tu alrededor?- me susurró al oído, dejándome abrumada.
Parpadeé varias veces, intentando batallar con las lágrimas, que afloraban a cada momento. Y como saliendo de ensueño, miré desorientada a mí alrededor.
En realidad, si fuera el paraíso, no creo que estaría en el mismo lugar donde mi asesinato. Doce pares de ojos me miraron atentamente.
Uno de los hombres sostenía un cuerpo inerte, que para mi gran sorpresa, era nada más y nada menos que el de Mateus.
De repente todo pareció tener sentido. Y entre los seis hombres, descubrí un rostro conocido que al principio me trajo malos recuerdos.
-¿Alex?- musité incrédula.
Frunció el ceño mientras asentía lentamente.
¿Alex? ¿El muchacho que había sido mi guardaespaldas aquella vez que Mateus me secuestró?
Entonces me llegó el recuerdo de una persona más… ¡Adelaida!
-De no ser por él- comentó Danny- posiblemente ambos estaríamos muertos en este momento, Any.
Me volví hacia Danny con la duda reflejada en el rostro.
-¿Entonces estoy viva?- solté con una mezcla de desconcierto, pero felicidad en la voz.
Danny soltó una carcajada mientras revolvía mi cabello.
-¿Qué creías, hermanita?- preguntó con picardía, robándome el aliento con aquella sonrisa tan perfecta.
Sacudí la cabeza.
-¿Cómo es que no moriste?- pregunté más que incrédula, curiosa.
-Cuando fueron a recogerme para ver tu muerte, Alex me dijo que me tendría suelto de las manos para que pudiera salvarte. Pero me dijo que me controlara y que intentara acercar a Mateus hacia mí porque sólo teníamos una oportunidad…
-Y al momento que Mateus se acercó, Danny volteó la pistola y Mateus soltó el gatillo- continuó Alex mirándome de pies a cabeza.
No pude evitar sonreír, intentando tragarme la angustia que todavía me embargaba. Quizás por el simple hecho de que no podía asimilar que todo hubiera pasado ya y que finalmente, después de un mes de haber pensado que todo se había terminado, estuviera con Danny ¡Si pudiera, hubiera gritado de alegría! ¡Era tan irreal!
Lentamente la felicidad fue llenando cada hueco de mi cuerpo.
Sonreí de oreja a oreja, mientras me volvía hacia Alex.
-Alex, gracias… yo…
-Alto, chica. No por haberte salvado quiere decir que ya me caigas bien- me interrumpió lanzándome una mirada de reproche.
Pero aquello no fue suficiente para que la sonrisa se borrara de mi rostro. Me volví hacia Danny, cuya sonrisa tampoco parecía ser capaz de desaparecer de su rostro.
Solté una risita nervios, mientras Danny me abrazaba con fuerza.
Al devolverle el abrazo, Danny empezó a dar vueltas conmigo entre sus brazos.
Reímos juntos.
-¿Qué tal van los brazos?- preguntó Danny cuando empezábamos a tranquilizarnos.
Los levanté y miré ambas heridas.
Me encogí de hombros.
-Nada que no se pueda arreglar.- contesté indiferente.
Danny descubrió su brazo, dejando a la vista la cicatriz de la primera vez que salvó mi vida.
Entonces se inclinó hacia mí, mientras mis labios buscaban urgentemente los suyos. Colisionando ambos al instante. Fue un choque electrizante, una bomba para mi corazón que se aceleró irremediablemente. Mis piernas se sentían desfallecer ante tales labios tan perfectos. Su aliento embriagador empezaba a aturdirme, pero era como una droga para mí aquella sensación. No quería que acabara nunca, por lo que aferré mis brazos a su nuca y dejé que él me apretará de la cintura ¡Hacía tanto tiempo que no sentía aquella sensación con tal vivacidad! Pero parecía que era otra de esas cosas a las que jamás me podría acostumbrar.
Al separarnos, la respiración de ambos era entrecortada. Sus labios rozaron levemente los míos una vez más.
-Eres mía, hermanita del alma- musitó antes de besar mi frente con extremada lentitud.
Si mis sentidos ya estaban abrumados, pues mi cerebro pareció tener una descarga eléctrica. No fui capaz de articular nada coherente más que un débil “te amo”.
Entoncesss.... este es el final??
ResponderEliminarAWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW
ResponderEliminarme encanto estuvo hermoso
si es el final esta bien por mi
por suerte tuvieron uno feliz :)
besos
lo ame¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ me encata tu historia¡¡¡¡ de verdad¡¡ me dejo cautivada desde el principio¡¡ Espero que te puedas pasar por mi blog¡¡ http://elviajeamifelicidad.blogspot.com estare siguiendo tu historia¡¡ y tambien participare en tu concuerso n.n
ResponderEliminarBye¡¡
Besos y publica pronto