Últimamente he estudiado como loca, entonces, no he encontrado tiempo para escribir. Pero ¡Lo logré! Amo este capítulo, en serio que es mi favorito ;) Ya verán por qué :D :D Muchas gracias, Mindy, por el comentario de la entrada pasada. Y gracias a todos por continuar leyendo, como siempre. Aquí les dejo el capítulo.
La
oscuridad empezó a reinar en la estancia. El lugar estaba callado, no se
escuchaba nada. Tantos hijos e hijas y ninguno parecía estar, pero entonces
escuché voces en el piso inferior. Y aquello robó toda mi concentración. Bajé
la escaleras con la cautela de una pantera y observé atenta a mí alrededor.
Parecía que todas las voces provenían de la cocina. Y cuando me asomé, pude ver
que toda, absolutamente toda la familia ~a excepción de los que habían ido al
pueblo~ estaba reunida allí. Desde bebés hasta mujeres y hombres viejos, todos
miraban hacia la mesa de madera, donde se sentaba Œητια’τοηα con un bebé entre su regazo.
-Madre,
el hombre encapuchado es muy extraño- comentó un hombre que parecía rebasar los
cincuenta años- no confío en él.
-Es
enviado por los dioses, queridos, y si es así, no es de nuestra incumbencia
saber más de lo pertinente- los reprochó Œητια’τοηα.
-¡Uno
pidió hiervas medicinales!- comentaban unos.
-¿De
dónde vendrán?- se preguntaban otros.
-¿Cuándo
se van?- preguntó un muchacho que a penas alcanzaba a verse entre tanta gente.
-Después
de la celebración de Šοŗα- contestó Œητια’τοηα.
Varios
suspiraron con pesar, otros gritaron con molestia, pero a todos los calló
Œητια’τοηα con un ademán.
-¡No
dejaré que nos acompañen de caza si no nos explican lo que se traen entre
manos!- exclamó uno.
Varios
asintieron con la cabeza, soltando exclamaciones.
-¡Hijos!
¡Basta! Muchos de ustedes conocen a Σs’κα y saben que es un gran muchacho. Yo
no sé qué se traiga Œητια’τοηι entre manos, porque de lo contrario, ya les
hubiera dicho lo que sucede. Pero algo que sí les puedo decir, es que somos
guardianes del camino y si los dioses les permitieron a Σs’κα y al desconocido pasar por el
camino, entonces, debemos tratarlos como es debido- sentenció Œητια’τοηα.
Esta
vez, todos guardaron silencio. Y decidí que ya había escuchado lo suficiente. Lo único que me consolaba era que mañana salíamos de caza y eso era algo que
disfrutaba yo mucho.
Subí
las escaleras con desánimo. Quién sabe si Σs’κα ya hubiese abierto la puerta.
Si era así, sabría que había bajado a espiar. Me decidí por tocar la puerta.
-Ya
casi termino- se escuchó del otro lado.
Suspiré
con alivio, recargándome de espaldas a la puerta y cayendo lentamente al piso.
Si fuera mi hogar, todos me aceptarían.
Σs’κα
abrió la puerta después de un rato que se me hizo eterno.
Me
incorporé y entré sin mediar palabra.
-Cuando
te acuestes, te pondré el ungüento- murmuré.
Σs’κα
cerró la puerta tras de sí y se metió entre las cobijas. Me encargué de acercar
el ungüento y las hojas, mientras me hincaba junto a él.
Automáticamente,
lo primero que hice fue tocar su frente.
-Tu
temperatura ha mejorado mucho- comenté.
-Acepta
las consecuencias de escuchar a escondidas, princesa Καητσ- susurró.
Lo
miré sorprendida.
-¿Cómo
sabes?- susurré avergonzada.
-Lo
supe las dos veces…- contestó mirándome con burla- Sólo te digo que tengas
cuidado. A veces no te gustará lo que escuches.
Metí
mi mano en el ungüento rosado y lo esparcí por la hoja del árbol desconocido.
Suspiré.
-Es
sólo que no me gusta que la gente hable de mí a mis espaldas.- dije colocando
la hoja sobre su herida.
Σs’κα
cerró los ojos, como si estuviera conteniendo un gemido.
-Como
si quisieras ser libre- coincidió entre dientes- sin nadie que controlara tu
futuro.
Presioné
un poco más.
-Es
por eso que a veces desearía no ser princesa.- confesé- a veces, desearía sólo
vivir, sin tener que encargarme de nada.
Descubrí
que Σs’κα me miraba fijamente.
-¿Qué?-
pregunté inquisitiva.
Él
sonrió de oreja a oreja.
-Creo
entonces que yo sí tengo todo- dijo desviando la mirada.
Sonreí.
-¿Qué
te hizo cambiar de opinión?- pregunté curiosa.
-Tengo
esa libertad que pocos tienen.
-Por
algo serás vuelo libre.- bromeé.
Ambos
reímos, pero Σs’κα paró de improvisto después de soltar un gemido.
-Perdón-
susurré.
El
silencio reinó por largo segundos.
-¿Me
harías un favor esta noche, princesa…?- preguntó Σs’κα repentinamente serio.
Su
mirada parecía perdida en la puerta de la habitación.
-¿Qué
tipo de favor?- pregunté yo a la defensiva.
-Sólo
dime que todo va a estar bien…- pidió.
Reí
suavemente.
-¡Qué
favor más extraño!- murmuré.
Σs’κα
se volvió sonriente hacia mí. Dejé de presionar la hoja y tomé su rostro entre
mis manos, obligándolo a verme a los ojos.
-Todo
va a estar bien- aseguré inclinándome lentamente hacia él para besar su frente.
Y con
la misma lentitud me fui incorporando. Sus ojos me tenían atrapada. Eran un
azul tan hermoso… quizás por eso siempre me perdía.
Entonces
repentinamente tomó mis dos brazos con una firmeza suave y me acostó junto a
él.
Inconscientemente
recargué mi cabeza sobre su pecho, caliente como siempre. Mis labios ardían al
igual que mi cuerpo entero, pero no sabía si por el calor que él me daba o por
aquella chispa en mi interior que a cada momento se encendía con mayor
fervor.
La
habitación se oscureció cuando la luz en el pasillo se apagó. Los pasos de la
familia se escuchaban sigilosos, seguramente todos ya iban a dormir.
-¿Šοŗα
es la compañera de la que me hablaste?- murmuré.
Sentía
su brazo alrededor de mi cintura, por lo que me costaba concentrarme en mis
propias ideas.
Y a
pesar de la penumbra, sentí cómo asentía con la cabeza.
-Es
amiga de mi hermana y mía. Solíamos jugar en los establos de Œητια’τοηι junto a
sus animales. Mina y Šοŗα aprendieron a cuidar de casa juntas y yo aprendí a
cazar con los hermanos de Šοŗα. Mi madre siempre nos mandaba al atardecer,
porque sabía que junto a Œητια’τοηα y Œητια’τοηι aprenderíamos más que
escondidos en el hogar de los dioses.- contestó en un susurro.
Aquella
respuesta no me tranquilizaba, sentía que me escondía algo más.
Pero
cerré los ojos, disfrutando del momento.
-En
mi hogar solía jugar con los niños del pueblo… - murmuré con nostalgia- Si mis
padres supieran que estoy así, se deshonrarían.
Σs’κα
me apretó con fuerza.
-Nadie
tiene que enterarse- dijo encogiéndose de hombros.
Me
incorporé y tomé una cobija de la cama continua. Tapé con ella mis piernas y las de Σs’κα. Me acurruqué nuevamente sobre su pecho y cerré los ojos.
-Todo
va a estar bien- murmuré.
-Lo
sé…- fue lo último que alcancé a escuchar antes de quedar profundamente
dormida.
…
ayyy tan bellos *_* me encanto este capitulo Nessy¡¡ fue muy lindo n.n espero que publiques pronto¡¡ besos¡¡
ResponderEliminarnessy! perdon por no ver antes tu comentario! es que estaba desaparecida de blogger ^^
ResponderEliminarme da mucho gusto que tengas tantos seguidores y que sigas escribiendo! me da mucha felicidad de verdad :) y no tienes nada que agradecer, si no les hubiera gustado tu blog, por mas promocion que tuviera este, ellas nunca estarian aqui :D
aurita ya no escribo nada mio en blogger, pero si sigo escribiendo :) pero se queda entre yo y mi word jajaja y una que otra amiga que van a la escuela conmigo :)
y hablando de concursos... participe en uno de mi pais! espero que me vaya bien :D hay te aviso ^^ el 20 de oct dan los resultados :S
Nessy! El otro día estaba leyendo sobre el poder de la literatura... hablaban de como a través de ella, el buen escritor es capaz de crear un mundo autónomo y único en el que logra sumergir al lector haciéndole sentir y vivir lo que viven los personajes, eso es lo que hace que un escrito sea bueno... Y mientra leía eso, pensé en ti, en tus historias... Porque te juro que cada palabra que leo, la vivo, y tus letras hacen que me sumerja en la historia... y que la ame cada vez más
ResponderEliminarAbrazos
Lau