viernes, 16 de diciembre de 2011

Epílogo: Un mes después...

Si se cuenta como capítulo oficial o no :3 Hahahaha no lo sé (Y tampoco sé por qué tengo trauma con la palabra oficial, pero...) hahahaha Soy mala, lo sé :P pero aquí les dejo el epílogo:


El calor no era sofocante, era en realidad cómodo, mientras que el sol brillaba con tal intensidad que me alegraba de haber encontrado un lugar bajo la palmera. El sonido de las olas era tan relajante que cerré los ojos y me recosté, descansando tan plácidamente que por un momento me quedé dormida.

Vacaciones.

¡Vaya que eran para relajarse! Con Mateus muerto el caso ya estaba resuelto y Danny yo podíamos vivir en paz, además de que ahora era claro que ya no estaba una Janet que se interpusiera, porque Jack había logrado atraparla con sus encantos, mientras que el señor Fontana había salido del hospital, sano y radiante, feliz de que sus dos hijos hubieran encontrado pareja. Sora había vuelto las últimas semanas de clases a Guatemala al igual que Danny y Janet a Alemania y en las vacaciones, para celebrar el triunfo, mis padres rentaron una casa en Acapulco e invitaron a Roger y a Miranda, a Jack y a Janet, a Sora y a Fabián, a Alex y Adelaida, al señor Fontana, y, por supuesto, a Danny y a mí.

Apreté los ojos y descancé por unos cuantos minutos; eternos, pero deliciosos.

El sonido de las olas del mar, de los barcos a lo lejos, de las gaviotas y de las hojas de las palmeras moviéndose al ritmo del abrazador viento, me abrumaron por completo. La traqnuilidad parecía volver a ser mi compañera después de tanto tiempo.

Me sobresalté cuando mi mano cayó de mi regazo bruscamente.

Abrí los ojos con pereza y solté un bostezo cuando un cuerpo duro cayó inesperadamente sobre el mío.

Mis latidos se aceleraron al sentir su corazón directamente sobre el mío.

-¿Descansaste, hermanita?- me susurró al oído.

Sonreí mientras buscaba sus labios. Y él, adivinando mis intenciones, presionó dulcemente los suyos sobre los míos.

Reí para mis adentros ¿Y creía que con eso me iba a conformar?

Su aliento era embriagador y su respiración tan cálida, que no podía pensar más que en sus labios sobre los míos.

Pero nos separamos lentamente, al tiempo que Danny me escrutaba con la mirada… ¿Cuántas veces me había quedado atrapada entre aquellos ojos verde esmeralda?

-¿Vienes a comer?- preguntó con tranquilidad.

Me mordí el labio antes de contestar.

-¿Hicieron de comer?- musité.

Danny sonrió con picardía, incorporándose.

-¿Cómo va tu brazo?- contestó con otra pregunta.

Bajé mi mirada, observé mi brazo envuelto en vendas y solté un suspiro.

-Me siento inútil- me quejé.

¡Es que casi no podía moverlo! La herida que Mateus me había hecho había resultado más profunda de lo esperado.

Danny soltó una carcajada y tomando mi brazo ileso, me ayudó a incorporarme sin aparente esfuerzo.

Su piel era caliente y para mi mayor aturdimiento, ver su espalda ancha y su pecho duro provocó que mis latidos se aceleraran más de lo que ya estaban.

Mis mejillas se fueron colorando lentamente… era demasiado perfecto para ser real.

Pero para mi desconcierto, su mirada se volvió repentinamente seria.

Soltó mi mano con suavidad y me dio la espalda, mirando hacia el mar.

-Nunca pensé que el amor me llevaría a matar a un hombre- dijo sin inmutarse.

Pensé por un momento en sus palabras, acercándome con extremada lentitud.

-Con la muerte de Mateus no solo salvaste nuestras vidas- intenté consolarlo.

Acaricié suavemente su espalda, mientras con la otra mano tomaba la suya.

-No me arrepiento- aseguró sonriendo radiante- en realidad me alegro de haber encontrado a mi alma gemela.

Correspondí a su sonrisa.

-Pero es curioso… desde la muerte de Mateus no he tenido malos presentimientos- continuó sin perder la sonrisa.

Volvió su rostro hacia el horizonte, lejos en las olas.

Un cosquilleo cruzó mi cuerpo al sentir su repentina felicidad.

El agua me invitaba a entrar, y sin perder la oportunidad, di unos pasos hacia delante justo donde el agua rozaba los dedos de mis pies.

-¿Y los buenos presentimientos?- pregunté más concentrada en el agua.

Danny no contestó.

El silencio reinó por largos minutos. Hasta que finalmente sentí sus brazos tomarme por debajo de los hombros y por la antepierna.

-Has de saber mejor que yo…- bromeó al alzarme y adentrarse al mar, hasta que el agua rozaba su cintura y mojaba la parte inferior de mi traje de baño.

Reí frunciendo el ceño.

Danny se limitó a sonreír de oreja a oreja.

-¡No soy una bebé!- protesté.

Pero el agua era más fría cada vez que nos adentrábamos más, al punto de que automáticamente me así de su cuello.

-No…- coincidió sonriente.

-Ni tu muñeca, ni tu princesa…- continué.

-Eres mi chica- concluyó por mí.

Me sonrojé lentamente.

Danny escrutó mi rostro intensamente con la mirada, sonriendo ante mi sonrojo.

La brisa salada alborotó mis cabellos, mientras las olas chocaban contra nosotros. Pronto ya estaba empapada de pies a cabeza, pero Danny no retrocedía ante las olas por más fuertes que fueran.

-Hace tiempo que no nado- comenté al tiempo que Danny me dejaba en el agua.

La venda ya estaba empapada… ¿Qué mas daba?

Las olas chocaron contra mi espalda, obligándome a estar completamente pegada a él.

Y aún así, entre sus brazos estaba segura de que la corriente no me llevaría.

Él me estrechó con suavidad.

¡Era más tranquilizador que mi siesta! Estar junto a él parecía que se había vuelto una necesidad para mí.

Respiró hondo.

-Hacía tiempo que no sentía tanta tranquilidad…- dijo como si hubiera leído mis pensamientos.

Sus ojos se cruzaron con los míos y por un momento, un escalofrío recorrió mi espalda. Me penetró, como si quisiera ver más atrás de mí. Pero estaba tan atrapada... era una atracción inexplicable. Y abrumada y confundida por tanta cercanía, dejé que sus labios se fundieran con los míos en un apasionado beso, que a cada caricia, suave, y tentadora, destilaba un amor infinito. Un amor que ni Danny, ni yo habíamos expresado jamás en palabras, pero que hasta ahora, no me había dado cuenta que siempre había estado allí.

Los latidos de mi corazón se soltaron alocados. Era tal su fuerza, que sentía que mi pecho iba a explotar. Pero mi mente estaba hecha un caos. Sólo captaba aquel aliento embriagador y aquellos labios presionando los míos.

-¡Viene la ola!- escuché a alguien detrás de Danny.

Reaccionamos un poco tarde, obligados a separarnos por el agua, que, inesperadamente, cayó fuertemente sobre nosotros.

Salí a la superficie con Danny tomándome de la mano. Mi cabello estaba alborotado.

Fabián y Sora rieron a carcajadas, mientras nadaban hacia nosotros. A lo lejos pude ver cómo una pareja más se metía al mar.

-No se queden con el ambiente romántico... ¡Nosotros también queremos!- protestó Sora, que nos salpicó con el agua.

Danny y yo reímos, antes de intercambiar una mirada cómplice y salpicarla con ímpetu.

-¡Ey! ¡No se metan con mi novia!- soltó Fabián salpicándonos.

Los cuatro reímos a carcajadas, cuando Roger y Miranda se unieron a nosotros tomados de la mano.

Sora le dio un dulce beso a su novio en la mejilla.

-¡Si se supone que la fiesta es allá!- exclamó Roger- ¡Es hora de comer!

-¿También los mandaron a avisarle a este par de tortolitos que ya es hora de comer?- preguntó Fabián frunciendo el ceño.

Roger le lanzó una mirada desafiante.

-Su padre los conoce lo suficiente como para saber que no cumplirían su cometido...- repuso Roger.

Solté una carcajada. Primero Danny me había querido avisar y terminamos en el mar y luego Fabián y se le olvida, junto con Roger que tampoco parecía muy dispuesto a dejar el mar... Sólo faltaba... Pero me vi interrumpida cuando vi llegar a la cuarta pareja, caminando por la playa.

-¡Que se vengan a comer!- gritó Janet parada en la arena.

Jack la abrazaba por detrás.

Todos estallamos en carcajadas. Definitivamente los adultos no confiaban en ninguno de nosotros.

Entonces una ola nos revolcó por segunda vez. Sentí piernas y manos golpearme suavemente, cuando el agua nos trajo a la orilla. Sora y Miranda habían quedado a mi lado. Quise reír, pero me atraganté con el agua y terminé con un ataque de tos que provocó la risa de mis dos mejores amigas. Allí en la orilla, el agua parecía menos brava, pero el sol quemaba como si estuviéramos en un horno.

Me incorporé con extremada lentitud y sentí unos brazos rodear mi cintura por detrás.

Sonreí mientras besaba suavemente la comisura de sus labios.

Miranda se ayudó de mi brazo para incorporarse, pero Sora pareció tener mala suerte, pues sus pies resbalaron y la fuerza con la que intentó aferrarse de la arena, provocó que Miranda terminara mancha de arena de pies a cabeza.

Reí a carcajadas, pero callé cuando sentí cómo Miranda restregaba arena en mi ombligo. La miré con los ojos bien abiertos y sin perder la oportunidad, tomé arena del suelo y quise lanzarla contra Miranda, pero... para mi mala suerte, se estrelló contra Janet. Aunque su actitud hacia mí había cambiado ligeramente, tuve miedo de su reacción. Pero para mi gran sorpresa, Janet sonrió maliciosa, mientras tomaba un bulto de arena y lo lanzaba en mi dirección. Danny yo saltamos a un lado al mismo tiempo.

Adiós trega... pensé antes de hincarme, tomar arena del suelo y lanzarla contra una de mis contrincantes. El grito de Sora me hizo sonreír triunfal, pero el buen sabor se acabó cuando otro bulto de arena se estrelló contra mi espalda.

Y como si los hombres se hubieran puesto de acuerdo, cada uno tomó a su respectiva pareja en brazos y corrió a la piscina de la casa.

Forcejé pero Danny no me soltaba, manteniendo una sonrisa traviesa en el rostro. Las cuatro caímos al mismo tiempo al agua.

-¡No se termina allí!- amenazó Janet saliendo a la superficie, mientras los cuatro hombres se carcajeaban.

-¡Por supuesto que no!- coincidí.

Las dos nos lanzamos al mismo tiempo hacia sus pies y sin perder la oportunidad, jalamos a Roger y a Jack al agua.

Danny y Fabián rieron con más fuerza, pero antes de que pudieran siquiera pronunciar el último "Ja" entre los seis los jalamos al agua.

El primero en salir a la superficie fue Danny, que sacudió su cabello de un lado a otro y me miró desafiante.

Volvió a meterse al agua y sin captar cuál era su intención. Sentí sus hombros bajo mis piernas.

Miré a mí alrededor y pude observar cómo los hombres cargaban a las chicas en sus hombros. Janet y Miranda se enfrentaron, entrelazando las manos. Se empujaron con fuerza, cuando Danny me cargó a mí y justo en ese instante Janet cayó al agua. Inesperadamente Sora nos llegó por atrás y me empujó con fuerza.

Solté un grito cuando sentí que unas manos me sostenían por delante.

Jack sonreía de oreja a oreja.

Reí a carcajadas mientras Danny daba la vuelta, listos para enfrentar a nuestros contrincantes.

Se escuchó entonces el impacto de alguien que se había lanzado al agua, seguido de un segundo.

Todos miramos atentamente las burbujas que se formaban en el agua. Adelaida salió a la superficie junto con Alex.

-¿Es mucho pedir si nos vamos a comer?- preguntó Adelaida, sonriente.

-¡Espera!- pidió Sora antes de empujarme- ahora sí...

Sacudí los brazos intentando mantener el equilibrio, pero terminé cayendo de panzaso junto con Danny.

Danny salió a la superficie riendo a carcajadas.

-¡Buena!- exclamó.

Entonces salí yo a la superficie.

-¡Revancha!- exigí.

Todos reían a carcajadas.

-No quiero ser aguafiestas, chicos, pero ya es el colmo que hayamos mandado a Adelaida y Alex...- dijo el señor Fontana acercándose a la piscina.- ¿Vienen a comer?

Lentamente fuimos guardando silencio, saliendo de uno en uno del agua. Mi cuerpo entero estaba empapado y al parecer, la venda se había perdido en el mar ¡Vaya suerte! Aunque todavía estaba algo afectada por el beso. No podía sacármelo de la cabeza. Me tambaleé un poco y Danny me sostuvo por detrás.

-Tú venda...- susurró preocupado.

Negué con la cabeza mirando mi herida.

-Está bien.- me limité a contestar.

Danny sacudió la cabeza.

-Eres terca...- se quejó.

Fingí fulminarlo con la mirada, pero la sonrisa se me escapó irremediablemente.

-Me haces un favor...- pedí, de repente, sin pensar en lo que decía.

Danny me miró con curiosidad.

-¿Qué tipo de favor?- preguntó a la defensiva.

-Es en realidad una pregunta...

Guardamos silencio por un momento. Los demás se habían adelantado.

-¿Cómo reconoces a tu alma gemela?- solté finalmente.

No contestó de inmediato, dejándome momentáneamente con la intriga.

-¿Has visto el mar y el fuego? ¿O el cielo y la tierra?- dijo con extremada lentitud- Que cuando se rozan, parece imposible que se acerquen, pero siempre hay algo que no los hace vacilar en ningún momento. Parecen opuestos, pero el mar puede convivir con el fuego y el cielo toca la tierra si miras al horizonte. Yo creo que esa persona te hace sentir diferente... pero forma parte de ti. La sientes, percibes sus sentimientos como si fueran los tuyos propios. Me parece extraño que preguntas...- comentó arqueando las cejas.

Sonreí conmovida. Las lágrimas se anegaron en mis ojos.

-Y te hace sentir protegida- concluí por él con más firmeza de la que hubiera esperado.- ¿Crees que llegue otro loco igual que Mateus?

Una leve sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios.

-Y si muere, mueres con ella...- completó ensanchando su sonrisa- si ocurriera, te prometo que estaré a tu lado.

Sentí su euforia como si fuera mí y no tuve más remedio que corresponder a su sonrisa. Me tomó por la cadera y me atrajo hacia él, antes de besar suavemente mi frente. Sus labios me quemaban, pero me limité a disfrutar de su tacto.

No es que creyera en el amor a primera vista, pero sí creía en las almas gemelas, sencillamente porque había encontrado la mía. Y para mi gran felicidad, algo en sus últimas palabras me decía que todo era verdad.

-¡A comer, tórtolos!- gritó alguien a lo lejos.

Los dos sonreímos al mismo tiempo. Sólo nos quedaba disfrutar lo más posible aquellas maravillosa vacaciones ¿O no?

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:'( :'( :'( Bueno, pues... no me queda más que agradecerles a todas ustedes, seguidoras, por su grandioso apoyo. Que, para ser sincera, nunca hubiera logrado salir adelante, si no fuera por ustedes, que leen la historia. Any y Danny no fueron mi primera creación, pero formaron parte muy importante de todo este tiempo que llevo escribiendo. Disfruté tanto vivir con ellos toda esta trama, que... bueno... es extraño pensar por un momento que aquí, definitivamente, se termina todo. También me tocó compartir mucho con ustedes, me parece, aunque algunas sean nuevas por aquí. Les agradezco muchísimo, porque me siento muy feliz de que el blog llegara a las 31 seguidoras. Todavía me acuerdo cuando mi sueño era llegar a las 15 y ahora tengo el doble.

Espero que hayan disfrutado tanto como yo y que se hayan divertido con Danny y Any, y por supuesto, todos los demás personajes.


1 comentario:

  1. JURO...PERO JUROOO...que me duele dejar a estos personajes...Me ubiera gustado saber si se casaban???...:(...Pero igual la novela me atrajo demaciado nessy ...Te super felicito empesare a leer tu nueva nvela cuanto antes para empesar a comentarte y seguir siento una seguidora fiel, me e ido de vacaione sy por ello he dejado abandonado todo,pero ya e vuelto...sige escribiento
    Suerte ;)

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