miércoles, 21 de noviembre de 2012

La madre Tierra


Bueno, pues este capítulo es especialmente largo, porque no sabía hasta dónde acortarle, pero... cuando encuentren el tiempo ;) Ya saben, pásense a leer un rato :D 

Muchas gracias por tu comentario, Lau ¿En serio te parece que Äρσητε tiene interés por la princesa? ^.^ Intentaré publicar más seguido.

Aquí los dejo, para que comiencen el capítulo ¡Espero que lo disfruten tanto como yo al escribirlo! :D  




Ese día lo pasé en reposo total. Σs’κα no dejaba que me levantara ni siquiera para caminar dentro de la lona. Me trajo comida y me cubrió con una manta, esperando que el dolor de cabeza pasara. La tarde prácticamente la pasé sola. Σs’κα se fue, con la consigna de que no me durmiera y no saliera hasta que él volviera, por lo que, resignada y acalorada, me quedé entre la cobija, mirando únicamente hacia el techo. Empezaba a amanecer cuando los cazadores volvieron de la exploración. Me enteré por Äρσητε que habían cazado cuatro venados y que el primer grupo de caza, partiría en unas horas para llevar la comida al hogar. Me sentí inservible, otra razón para que los cazadores me odiaran más de lo que ya lo hacían… Pero Äρσητε me consoló, diciéndome que yo estaría en el último grupo de caza por órdenes de su padre, así que todavía podría hacer algo. Después me contó que Μιευε, ya recuperando la movilidad, se jactaba de haberme ganado y que yo era tan débil que con un solo golpe suyo, ya estaba a punto de morir. Hablaba tan mal de mí, que los cazadores aún me tenían cierta desconfianza, aunque algunos otros, después de ver lo sucedido, preferían mantenerse callados, sin estar ni de un lado ni del otro. Fue un alivio tener a Äρσητε conmigo esa mañana. No poder hacer nada era una tortura, en realidad, era mi infierno personal. Y Σs’κα, como compañero de cuarto, tampoco ayudaba mucho. Escuchaba los relatos de Äρσητε sentado en una esquina, trabajando aún en la talla de madera. No comentaba nada ni le dedicaba ninguna mirada a nadie, por lo que, era como si no estuviera allí, e incluso, cuando Äρσητε se dio cuenta de que me estaba quedando dormida y salió de la lona, Σs’κα continuó con su trabajo sin comentar nada. Mi pequeña depresión por la inmovilidad me impedía dormir. La actitud de Σs’κα volvía a la normalidad. No fue que me levanté hasta la siguiente mañana, cuando todos partían de nuevo. Me fue sencillo adaptarme a sus formas. Traía mi arco y mis ocho flechas junto con el cuchillo. Mi única molestia era Μιευε, que, por órdenes de Äρσητε, también se iría hasta el último grupo.

-Σs’κα ya me dijo tu verdadera situación- me susurró Äρσητε al oído.

Sonreí, pero no dije nada. Los cazadores iban detrás de nosotros, aunque manteniendo una distancia prudente.

-Seguramente esto ha de ser una pesadilla para ti- comentó- y si te sirve de consuelo, en el viaje de vuelta todos mis hermanos y sobrinos sabrán de tu verdadera identidad ¿Estás de acuerdo con eso?- consultó.

Asentí rápidamente.

En realidad, desde la pelea con Μιευε nadie volvió a burlarse de mí. Si hablaban a mis espaldas, ni siquiera me enteraba, porque ni el propio Μιευε se acercaba a mí. El único que me hablaba era Äρσητε, porque Σs’κα no musitaba palabra, y si era así, era con otros cazadores, pero no necesitaba que me hablara nadie más.

-Padre- dijo uno de los cazadores que iba adelante con Σs’κα- Estamos cerca…

-¡Todos guarden silencio!- ordenó Äρσητε.

Caminamos pisando suave, pero, lo que vimos a continuación no era una manada de venados como hubiera estado esperando, sino más bien una construcción de piedra gigantesca que me recordaba a los templos de mi pueblo. No pude más que mirar con la boca abierta, al tiempo que caminábamos por un empedrado que dirigía a una entrada oscura.

La magia del lugar penetró mi cuerpo como si tuviera vida propia, provocándome escalofríos. Sentí la energía proveniente del suelo con la sensación de que era una espesura que se podía cortar con el cuchillo.

Cuando nos acercamos a la estructura, la puerta, que de lejos parecía de mi tamaño, ahora era tan grande que estaba segura que por ella podía entrar hasta un pino ya grande. Como los que había en el bosque en las tierras de los non’katt, que parecía que podían tocar las puntas de las montañas. Un viento que parecía venir por dentro agitó mi capucha. La sostuve con firmeza, sintiendo cómo el viento recorría mis vestimentas y me hacía tiritar ante su fuerza. Su silbido nos ahuyentaba, me hizo retroceder dos pasos. Pero mis ojos se vieron atraídos por las marcas que había en las paredes de piedra. Marcas como las de la salida del soterra, marcas como las del banwe, marcas como las de mi brazo.
Extendí la mano maravillada, preguntándome cómo era posible que algo tan grande no se viera en la montaña de los dioses. Cómo era posible que la niebla en la punta pudiera esconder tantas maravillas ¡Era completamente un mundo distinto!

Lentamente recorrí las fisuras, reconociendo la textura rugosa y la frialdad. Era una ciudad de muertos. Sentía las vibras, podía percibir los leves y constantes temblores en el suelo. El vacío y el silencio que reinaba en el aire.

Recorrí gran parte de la pared, sin importarme si alguien me seguía, sin mirar atrás, adentrándome en la oscuridad. Ni siquiera mis pasos resonaban, el silencio era absoluto.

Aquella misteriosa energía vigorizó mis huesos y cruzó primero por mis manos, por mis brazos, pasó mi corazón y salió por mis pies. Era un peso más, un pequeño peso que me incitaba a continuar caminando.

Cerré los ojos, asustándome al darme cuenta de que no veía nada más que el aire vacío. Ni siquiera las paredes, era una oscuridad absorbente… Y en ese instante, mi marca se iluminó, iluminando además el pasillo.

Abrí los ojos y caminé un poco más. Parecía interminable.

De repente alguien apareció a mi lado. Lo iluminé con cautela, descubriendo a Äρσητε que me miraba con atención.

Se acercó a mi oído.

-Es la ciudad de los dioses caídos, princesa. Aquí yacen los que murieron en batallas. Es por eso que las puertas son tan grandes, pues los dioses llegaron en su forma natural a enterrar a los suyos cuando los non’katt a penas comenzaron a poblar tierras.- murmuró como si el silencio fuera sagrado en aquel lugar.
Para mi pueblo, el silencio era una forma de respeto.

Miré todavía más maravillada a mi alrededor.

-Ni los propios dioses saben de la verdad de esta historia, pero se dice que aquí sacrificó Črοησς a Σραπαδε para que su sangre creara los ríos y los lagos, sus ojos vieran el cielo y con sus piernas y brazos pudieran nacer tierras y montañas. Con sus primeras lágrimas cayó la nieve que ahora cubre cerros. Y aunque su cuerpo terminara inmóvil, su espíritu se volvió libre para cuidar de la parte que le falta.- me explicó con una voz que parecía que no escuchaban mis oídos, sino mi corazón.

Lentamente, el pasillo que parecía interminable se fue convirtiendo en un arco que dio pasó a una habitación gigantesca. Era tan grande que no podía ver sus paredes al otro lado, pero el sonido del agua llamó mi atención. Era el primer sonido que escuchaba en aquel lugar. Miré a mis pies y me encontré con un deslave que precipitaba a una corriente de aguas claras y transparentes iluminadas por marcas brillantes como el oro, talladas en los suelos perfectamente formados. En el centro descubrí la fuente del agua, que era como una montaña en medio de aquel recinto, poblada de un pasto verde como la esmeralda. Descubrí que la montaña nacía de escalones de piedra gigantes, para pies que eran el doble de grande que mi propio tamaño. El nivel del agua llegaba casi hasta el último escalón. Y finalmente descubrí un puente. Y como atraída por las misteriosas fuerzas que había en aquel lugar, caminé hasta llegar a los primeros maderos y continué hacia delante. El viento soplaba como si siguiéramos en la superficie, creando unos increíbles sonidos que parecían música para los oídos.

Empecé a sentir un cosquilleo en el brazo y cuando dirigí mi mirada hacia él, descubrí que mi marca empezaba a extenderse hasta mi cuello, mi pecho y mi otro brazo.

Estaba estupefacta ¿Qué me sucedía? Pero algo en mí me decía que siguiera caminando y así lo hice. 

Se empezaron a escuchar gritos a mis espaldas, pero mis oídos eran ya sordos y no entendían las palabras.

Entonces mi primer pie tocó el maravilloso pasto verde esmeralda. Me quité las botas de nieve y sentí la frescura bajo mis pies ¡Qué bueno que no había tenido que subir los escalones! Eran hasta más altos que yo…

Cerré los ojos, pero seguía viendo una negrura aplastante que me obligó a abrirlos de nuevo.

-¡Princesa!

La fuente era más grande de lo que hubiera pensado. Era como un lago de aguas azules, pero transparentes, en cuyo centro había una mesa de piedra con runas antiguas, de las que se decía que eran las que usaban los dioses para hacer tratados.

Eran celestiales, eran un misterio jugoso, que me invitaba a tomar ávidamente una prueba de que fueran verdad. Por primera vez desde hacía varias lunas me sentía en casa. Y como si la roca tuviera vida, me pidió que guardara respeto y descubriera mi verdadero rostro. Y sin saber si aquello era mi imaginación o era sencillamente real, dejé que mis pies tocaran el agua, que no estaba ni fría ni caliente, y me quité lentamente la capucha. Caminando sin prisa alguna hacia la piedra.

-¡Princesa, detente, maldita sea!- escuché a lo lejos.

“No lo escuches” me decía algo en mi interior. Y sin mirar hacia atrás, di dos pasos más extendiendo mi mano para acortar la poca distancia que me separaba de aquellas hipnotizantes runas.

-¡Morirás! ¡Regresa para acá ahora mismo!

La superficie era rugosa por las fisuras marcadas con un oro intenso que me deslumbraba. Era un oro líquido que fluía como si aquel lugar tuviera vida y aquella fuera su propia sangre. Al instante la luz de mi marca se combinó con la de las runas y fluyó paralelamente. La luminosidad del recinto disminuyó, como en una hermosa noche de luna llena. El agua se levantó en furiosas olas. Pero el contacto seguía allí. La piedra era un corazón palpitante y cargado de energía y cuando observé el techo bajo el que me encontraba, descubrí un rostro de ojos dorados tallado en la piedra, que me observaba.

Las bravas olas se revolcaban en el pasto verde y provocaban que la tranquila agua a mis pies, se estremeciera.

La energía dorada entró entonces a mi brazo, vigorizando mis huesos, mis entrañas y mi espíritu, dándome la sensación de ser capaz de cualquier cosa.

-¡Princesa!- volví a escuchar a pesar del estruendo que provocaban las olas.

-Mi amada sangre- dijo una voz que resonó sobre todos los sonidos.

¡Era el rostro de piedra que me miraba con los ojos de oro! Y tuve el presentimiento de que aquí encontraría todas las respuestas que me faltaban.

-¡¿Quién eres?!- grité reverenciándome ante ella, pero sin dejar de tocar la piedra.
El rostro sonrió, dejando entre ver una luz luminosa.

-Soy la madre de todo en este mundo- contestó al tiempo que su voz provocaba que todo temblara y las olas se volvieran más amenazantes.

-¿Σραπαδε?

La sonrisa se ensanchó, deslumbrándome.

-Te estaba esperando.

La miré incrédula, pero aún así, mantuve mi voz firme.

-¿Qué es lo que quieren los dioses de mí? ¿Qué es lo que quieres de mí?- pregunté.

-El viaje que has hecho no ha sido en vano. Cualquier otro que no hubieras sido tú, habría muerto al tocar el agua, porque Črοησς la envenenó con ζďυπϑ para que mi corazón no fuera a caer en manos equivocadas. Yo me sacrifiqué por los míos y pronto lo harás tú también. Por todos los tuyos.- dijo con una monotonía escalofriante que me hacía temblar involuntariamente.

-Pero a pesar de tu sacrificio, eres eterna y poderosa- repuse con un hilo de voz.

Estaba completamente consciente de que ella podía escucharme.

-Te equivocas. El tiempo se acaba. A cada momento mi corazón se debilita más. Mi tarea es la más difícil de todas, pero a la vez la más hermosa.

Entonces su brillante boca se llenó de agua, y ésta cayó en cascada sobre mi paradero, pero una burbuja invisible parecía protegerme, pues ni una sola gota me tocó.

-¡Espera! ¡Tengo preguntas!

Pero entonces los temblores se volvieron incontrolables, provocando que me tambaleara hacia atrás y perdiera la conexión. Mi marca regresó a la normalidad. Y en ese instante las runas doradas volvieron a iluminar el recinto.

Cuando me volví hacia atrás, me encontré con unos ojos azules que me miraban con acusación. Caminé hacia él, viendo cómo el agua seguía salpicando sin tocarme.

-¡Maldita sea, maldita sea! ¡Princesa! ¡Sigues siendo igual de estúpida que al principio!- me gritó Σs’κα rabioso- ¡El lugar se derrumba! ¡Corre!

Lo fulminé con la mirada.

-¡No me faltes al respeto!

Y para rematar mi enojo, cuando él intentó tomar mi mano, salió disparado hacia atrás.

¡Era la burbuja! Y supe que era mi elección si quería dejarlo entrar o no. Aunque después de lo que me había dicho no sabía si en realidad lo dejaría entrar… El lugar tembló una vez más y supe que no nos quedaba de otra.

Corrí hacia él y le extendí una mano para que la tomara, pero él retrocedió mirándome con rabia y cautela a la vez.

-Sólo toma mi mano- le supliqué sintiendo cómo la tierra a nuestros pies parecía romperse.

La extendí un poco más y vi por primera vez la duda en sus ojos, y me asusté.

Sus ojos se tornaron de miedo absoluto dirigiéndose hacia algo que venía de arriba.

Y al seguir la dirección de su mirada entendí el miedo. Una piedra de un tamaño exuberante caería sobre mí.

Me lancé sobre él, haciendo que entrara a aquella esfera de la extraña fuerza mística.

Sentí su respiración acelerada en mi oído y el impacto de la piedra que rebotó con la burbuja y cayó al agua.

-Vámonos, princesa, vámonos ahora- me susurró al oído al tiempo que se incorporaba y me ayudaba. 

3 comentarios:

  1. Oisucbucniosrucnoriuf PERO COMO VAS A DEJAR ASI EL CAPÍTULO icncifneicfec fue LO MEJOR *-* me encanto totalmente :D pero me hubiera gustado mas si fuera mas larguito :3 jajajajja publica prontoooo

    PD: perdón por no comentar antes pero de una te digo que TODOS los capítulos me han encantado ^_^ simplemente son maravillosos

    Besos Cami

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  2. asdsfasdfasfsgfas osea, paro cardiaco -----... ahahhhh Nessy¡¡¡ me encanto¡¡¡ porfa publica pronto¡¡ quiero saber que pasara :( no me dejes con la duda¡¡¡ Espero que publiques pronto¡
    Besitos¡¡

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  3. Nessy! Linda! No se que decir! Como puede ser q quieran q la Princesa se sacrifique?... No puede ser! estoy como :O ... q ternura q dejara entrar a Σs’κα, cuando aceptaran q se quieren?... Fue un capítulo increíble... pero para serte sincera, me vuelvo a morir de impaciencia!!!
    Publica pronto Linda... este capítulo fue hermoso :)

    Besos
    Lau

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¡Me encantan los comentarios! Agradezco que te hayas pasado unos minutos.