jueves, 12 de agosto de 2010

¿Caer por el susto o por el amor?

El resto del camino lo pasé castigando a mis padres con el silencio. Miré distraída hacia la ventana, pensando en cosas que en realidad nunca había pensado. Era como si en realidad Danny hubiera hecho algo en mí. Nunca había tenido tanta tranquilidad como ahora y nunca se me había ocurrido lo interesante que era reflexionar sobre las cosas. Siempre me limitaba a elegir lo que me parecía mejor, pero nunca había pensado en cada detalle, en si en realidad era lo correcto o no.


Nos paramos frente a la casa de mi prima Amy y mi primo Alex. Ambos nos esperaban en la puerta. Amy y Alex eran cuates, tenían la misma edad, pero eran completamente diferentes y a pesar de todo me llevaba muy bien con ambos. Sus hermanos menores eran con los que en realidad casi nunca platicaba. Salí del auto, sin esperar a que papá me abriera la puerta y corrí a abrazar a ambos al mismo tiempo. Los dos me rodearon con un brazo.


-¡Prima! Hace tiempo que no te veíamos.- dijo Alex.


Lo curioso era que cuando estaban juntos hacían todo como si lo hubieran practicado. Siempre sincronizadamente.


-Ya extrañábamos a alguien de la familia que fuera de nuestra edad.- continuó Amy.


Ambos rieron al unísono.


-¿No se supone que Pat vino aquí a Madrid?- les pregunté.


Ambos asintieron algo dudosos.


-Bueno, a penas está llegando.- dijo Amy


-Supongo que en dos horas estará aquí.- siguió Alex.


Los miré por un momento, ambos parecían decir la verdad. Me encogí de hombros y me invitaron a pasar.


Mis padres saludaron rápidamente a mis primos, mientras que yo saludé a mis tíos. Todos mis primos estaban ahí. Era típico de mis tíos hacer una fiesta familiar una vez al año y esta vez también era el cumpleaños de mi tío. Nery, Ben, María, Tamara y mi papá, Richard, eran hermanos. Pat llegó como habían previsto mis primos, a las dos horas con sus padres Tamara y Oliver. La fiesta comenzó bien, pero luego, como era de esperarse, tuvimos que cuidar a los pequeños.


Amy miraba cómo su hermanito menor subía a la pequeña resbaladilla del patio.


-Amy…- empecé algo dudosa.


Ella se volvió. Escuché los gritos de mis primos dentro de la casa. Pat y Alex jugaban videojuegos.


-¿Qué pasó, prima?- me preguntó.


-Bueno, hoy conocí a un chico.- seguí.


Amy me miró con mayor atención.


-Y no sé… lo vi diferente a lo normal.


Ella sonrió.


-¿Te refieres a que no se emboba con los videojuegos?- dijo burlona.


Reí.


-No lo sé, a penas hablé con él.


-¿Es guapo?- preguntó curiosa.


Lo pensé por un momento, ojos verdes, piel morena… músculos.


-Sí, en realidad parece dios…- susurré divertida.


Amy rió.


-¿Te gusta?


-No lo sé…- susurré.


-¿Cómo se llama?


-Danny


-¡Qué nombre más…


En ese momento Isaac, mi primito, cayó de la resbaladilla. Amy corrió hacia él y lo abrazó. Isaac empezó a llorar. Me acerqué también y le revolví el cabello.


-No llores, primo.- dijo dulcemente.- ya pasó.


Isaac lloró con más fuerza.


-Me duele la rodilla.- sollozó.- el monstruo quería comerme… salté, pero me pegué.


-¿Cuál monstruo?- pregunté algo confundida.


Isaac miró la resbaladilla.


-¿Te refieres a la resbaladilla?


-Es un monstruo…- dijo Isaac.


Sonreí.


-No tienes por qué llorar, la resbaladilla no es mala.- le dije.


Él negó con la cabeza.


Le indiqué a Amy que me lo pasara. Ésta caminó algo dudosa hacia mí dejándome a Isaac entre mis brazos. Lo acerqué a la resbaladilla y lo senté. Isaac se aferró a mi brazo. Dejé que se resbalara. Al principio gritó, pero luego empezó a reír, subiéndose una y otra vez.


-No hay de qué preocuparse ¿Ves? Si te quiere hacer algo, dile “resbaladilla mala”.


Isaac rió y me abrazó. Lo rodeé con mis brazos y lo cargué dándole vueltas. Isaac empezó a reír más fuertemente.


-¡Prima, ya!- dijo entre risas.


Lo dejé en el piso y le di un beso en la mejilla.

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