jueves, 24 de marzo de 2011

LLegada inesperada

Sé que hoy es jueves, pero tenía que publicarlo desde hoy porque mañana voy a estar ocupada todo el día y no voy a tener tiempo, entonces ¡Aquí está el siguiente capítulo! Creo que está lleno de sorpresas, ni si quiera yo me esperaba que diera este giro a historia jajaja pero creo que pronto va a llegar a un final ;) Espero que les guste, por cierto que hoy contarán dos personajes; Any y Danny.



En ese instante sonó el timbre.

Ambos nos volvimos justo en el mismo momento, terminando rígidos en nuestros lugares.

Fabián salió repentinamente de la cocina y abrió la puerta.

Escuché una voz femenina saludando cordialmente a Fabián.

Pude observar de reojo cómo los músculos de Danny se tensaban gradualmente.

Lo tomé de la mano, intentando tranquilizarlo. Por un momento pareció funcionar hasta que Fabián le dio paso a la chica y Danny y ella pudieron intercambiar miradas...

Supe que ella era la chica que se le había insinuado a Danny.

-¡Janet!- exclamó Danny sin ningún ápice de felicidad.

Ella corrió hasta él y lo abrazó con un ímpetu que prendió fuego en mi interior, despertó al instante a los bien conocidos celos.

Se sacudieron de forma violenta, provocando que nuestras manos entrelazadas se soltaran.

La fulminé con la mirada, pero ella parecía más concentrada en abrazarlo que en mirarme.

-Janet, por favor, tenemos que hablar...- le pidió Danny secamente.

-Dannonino ¿A poco no me extrañaste?- preguntó la tal Janet, haciendo pucheros al soltarlo.

Estaban peligrosamente cerca, lo que acrecentaba mis celos.

Mis manos se crisparon en puños.

-¿Qué haces aquí?- le preguntó con severidad.

Quizás mi único consuelo era que él no estaba feliz verla al igual que yo.

-Bueno, aprovechando que las vacaciones empiezan en una semana, quise venir a acompañarte ¡Me prometiste que algún día me presentarías a tu familia!- se excusó con fingida indignación.

-¿Por qué no me avisaste?- preguntó Danny notablemente molesto.

Janet frunció el ceño, nuevamente haciendo pucheros.

-Porque quería que fuera sorpresa...- murmuró dolida.

Danny sonrió forzadamente.

-Te lo agradezco, pero este...

-¿Quién es ella?- lo interrumpió señalándome a mí.

Danny me miró inexpresivo ¿Qué significaba eso?

-Ella es mi no...

-Soy su amiga- aseguré extendiendo la mano.

¡¿PERO POR QUÉ HABÍA TENIDO ESA REACCIÓN?!

Ni sonrió ni me dedicó ni una sola mirada, ni si quiera extendió su mano.

Bajé la mía lentamente y suspiré arrepentida por haber interrumpido a Danny.

Entonces ella se volvió hacia Danny.

-Conste que tengo una semana, así que quiero que me muestres todos los lugares de los que me has contado- lo convino juguetona.

-Claro, doctora Janet- dijo con repentina camaradería.

Lo miré desconcertada, incapaz de mediar palabra. Me vi incitada a carraspear y preguntarle si aún iríamos al parque, pero la rabia había secado mi garganta.

-Bien, pues ¿Qué esperamos?- dijo ella con entusiasmo mirando a su alrededor.

¡Como si no fuera obvio que faltaba yo.

Danny no me dedicó ni una mirada, era como si hubiera caído en un hechizo y su mirada estuviera atrapada entre aquellos malignos ojos. Me sentí impotente al no saber qué hacer...

-Será mejor que me vaya...- murmuré al borde de las lágrimas.
Ni si quiera un simple adiós me dedicó... ninguno de los dos... Mi ánimo se me fue a los pies. Me fui arrastrándolos, incapaz de volverme, por miedo a que las lágrimas se desbordaran por mis mejillas. Lo último que escuché antes de salir, provocó que rompiera en llanto: "¿Y si seguimos en lo que nos quedamos antes de que te fueras?". Corrí escaleras abajo ¿Qué importaba si me iba por el elevador? Eran dos pisos, no era mucho para correr. Me precipité, buscando en el bolsillo del pantalón mi celular y algo de dinero para pagar un taxi que me sacara lo antes posible de allí.

¿Debía confiar en Danny? Fue lo primero que me pregunté al salir a la calle. El Danny que yo amaba no estaba en aquel lugar, por lo menos no durante el momento en el que llegó la queridísima -nótese el sarcasmo- Janet. Mi duda se volvió... ¿Cómo iba a recuperarlo?
Sollocé en silencio caminando por la acera, quizás en lugar de ir en taxi debía llamar a mis papás, pero sabía lo que aquello causaría ¡Nunca más podría volver a ver a Danny! Mis pasitos empezaron a volverse trote hasta que corría. Pasé cuadras y cuadras hasta llegar a aquel parque en el que me enamoré de él. Aquel parque donde todo había sido diferente, especial por un momento.

Estaba vacío.

Demasiadas preguntas empezaron a juntarse en mi cabeza ¿Me habría amado en serio? ¿Aún debía creerle? ¿No sería otro Danny muy parecido al que yo amaba? ¿Estaría soñando?

Me senté en uno de los columpios y miré el edificio que tenía a mi izquierda. Aún mantenía un letrero desgastado por el tiempo que claramente decía: "CLAUSURADO"... Mateus...

Me incorporé de un salto con la vista nublada por las lágrimas. Me las enjugué y corrí hacia el edificio.

Las calles estaban desiertas, una que otra vez pasaban carros... sólo rara vez.

Al quedar frente a la puerta giratoria, recordé aquella primera vez.

Al entrar no me sorprendió que hubiera una fuente con una escultura de oro en el centro. Un hombre que tomaba la cintura de una bella joven y se preparaba para besarla. Caminamos por una alfombra roja que nos condujo a un escritorio. La recepcionista nos miró por un momento.

Arranqué las tablas de madera que cubrían la puerta, quité el candado viejo y rompí el letrero de: "CLAUSURADO". El interior del edificio estaba en la penumbra. El piso de mármol, a la única luz que se filtraba por la puerta, se veía lleno de polvo. Me pregunté si había ratas...

Pude ver que al centro había una manta blanca en lugar de aquella hermosa fuente. Lentamente di unos cuantos pasos hacia adelante. Me percaté de que había papeles tirados en el piso, plumas, lápices. Era como si alguien hubiera entrado a buscar algo y en su desesperación fuese quitando todo a su paso cayera como cayera.

Di unos cuantos pasos más, extendiendo la mano hacia la manta blanca y pura.

Repentinamente toda luz se fue.

Mi corazón se soltó desbocado. Ahogué un grito ¿Qué había sido aquello?

Me volví bruscamente, pero la habitación se veía envuelta por la oscuridad, por lo que ni si quiera podía ver mis propios zapatos.

Caminé a tientas, instintivamente buscando luz, pero temerosa de terminar chocando con algo o... alguien. Mis labios empezaron a temblar, sentí frío, un frío que me caló hasta los huesos.

¿Por qué había entrado? ¿Cómo se me había ocurrido semejante tontería?

Quise gritar, pero mi garganta se había secado por completo.

Mis nervios estaban a flor de punta, entonces escuché pasos... pasos que corrían en el piso superior.

Los nervios empezaron a carcomerme por dentro. Me precipité, con la respiración agitada y sudando a la gota gorda ¡Debía encontrar la salida!

Entonces sentí un frío aliento que rozaba mi nuca, una presencia silenciosa... Di un grito desgarrador...



Bueno, aquí cuenta Danny :P ;)


Parpadeé varias veces y me volví instintivamente hacia Any, pero ella había desaparecido ¡Ya no estaba allí!

Me volví hacia Janet.

-¿A dónde se fue Any?

Se encogió de hombros y se volvió hacia la puerta con indiferencia.

-Salió hace unos minutos- contestó con desinterés.

Entonces entendí todo y maldije para mis adentros ¡La había lastimado y no me había dado cuenta! Pero qué rayos me pasaba.

Corrí precipitadamente hacia la puerta, rogando porque pudiera alcanzarla. La duda empezó a invadirme.

Lo único que logré ver antes de correr escaleras abajo, fue el rostro desconcertado de Janet, que se había quedado rígida en su lugar.

Le di poca importancia, hasta que llegué a la calle, miré a mí alrededor, buscándola con la mirada.

Maldije para mis adentros, maldije en voz baja ¡Se había ido! Había perdido mi oportunidad... había perdido mi razón de vida...

Un dolor punzante en el pecho, me indicó que algo andaba mal ¡Me alarmé! ¿Sería Any? Entonces tuve una idea.

Saqué el celular de mi bolsillo y marqué el celular que, si no fuera de vida o muerte, nunca hubiera marcado.

El desquisiante pitido me sacó de mis casillas.

-¿Diga?- contestó finalmente una voz del otro lado de la línea.

-¿Roger?- pregunté con inevitable frialdad.

-¿Qué quieres?- contestó a la defensiva.

-¿No has hablado con Any?- le pregunté rápidamente- ¿No sabes dónde está?

El dolor de pecho se intensificó.

Tuve el presentimiento de que era en el parque, algo pasaba en el parque... Corrí mientras esperaba respuesta del otro lado de la línea.

-¿Para qué quieres saber?

Me desesperé más de lo que ya estaba.

-¡Sólo dime, no hay tiempo de explicaciones!- exclamé rabioso, incapaz de controlarme.

¡Any estaba en peligro y Roger como si nada!

-No- contestó finalmente- no he hablado con ella...

Se interrumpió a media frase.

-¿Qué le has hecho?- preguntó con un tono que dejaba entre ver satisfacción combinada con miedo.

Suspiré.

-No la encuentro y necesito que me ayudes a buscarla...- admití conteniendo el dolor.

No escuché nada del otro lado de la línea.

-¿Roger?- murmuré.

Y aún así, nadie contestó nada...



3 comentarios:

  1. me estoy enojando contigo :(
    nop publicas mas eso es malo
    publica otra vez me aburro si no leo
    tu historias!!!
    besos..

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  2. Hola Nessy!
    Hace tiempo q no publicas :(
    El ultimo capii estuvo mega impactanteee! Me encantooo aunq q mal q Any entrara en ese lugar!
    Ya no puedo esperar al prox capii!
    Publik Pronto
    KisSes DaNy

    P.D: Tienes un premio en mi blog! ;) http://mysecretworld-dany.blogspot.com/

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¡Me encantan los comentarios! Agradezco que te hayas pasado unos minutos.