Esta continuación está cortita jejejeje, pero debo confesar que hoy en la tarde fue mi primera cita con el chico del que estoy perdidamente enamorada :D :D :D :D :D :D Pero cumpliré mi promesa :D :D :D También debo confesar que aún debo regularizarme con los blogs de todas, me he atrasado tanto en las historias ;) pero no se preocupen :D :D :D Lo haré ahora que tengo tanto tiempo. Espero que les guste a pesar de que esté muy corto.
Abrí los ojos lentamente y saqué mi celular del bolsillo de la chamarra. Me percaté de que había llegado un mensaje. Razoné que no me había dado cuenta porque mi cuerpo temblaba tanto, que las vibraciones del celular me habían pasado desapercibidas.
Me coloqué el celular a la oreja, lista para escuchar el mensaje.
-Any, por favor, contéstame...- escuché un suspiro del otro lado de la línea- no era mi intención lastimarte, tú sabes que es a ti a quien amo. Janet es solo una compañera... y sé lo que pensabas... sí se me insinuó, pero nunca le hice caso, porque ningún día puedo sacarte de mi cabeza- Escuché su suave y perfecta risa- Siempre estás en todo lo que hago ¿Ésa no es prueba suficiente para que entiendas que separados, por lo menos yo no soy nada? Tenemos que hablar, Any, pero por favor, contéstame...
Sollocé en silencio, temerosa de atraer a Mateus nuevamente.
¿De dónde sacaría las fuerzas para alejar a Danny de mí? Si Mateus quería que él estuviera presente cuando muriera, entonces, debía alejarme, así no estaríamos juntos y el deseo de Mateus no se podría cumplir, así ninguno de los dos sufriríamos, estaríamos a salvo.
Decidí relajarme antes de llamarle por teléfono. Mis labios temblaban incontrolablemente.
Respiré hondo y me incorporé con esfuerzo, quizás porque mi cuerpo estaba entumecido gracias al miedo.
Limpié mis lágrimas con brusquedad y respiré hondo por segunda vez.
Fueron varios intentos de atinarle a la tecla correcta para marcar el tan conocido número, pues mis dedos, al igual que mis labios, no paraban de temblar.
Antes del segundo pitido, alguien tomó la llamada.
-¿Any?- preguntó una voz esperanzada.
-Danny...- afirmé algo cortante.
-¡Any! Por favor, dísculpame, yo no sabía que Janet vendría a casa...
-Lo sé- lo interrumpí- no te preocupes.
Danny calló, seguramente desconcertado por mi frialdad.
-¿Cómo puedo entrar al edificio?- preguntó finalmente.
Aquella pregunta me tomó por sorpresa ¡Danny sabía que yo estaba en el edificio de Mateus! Reí para mis adentros ¡Pero cómo no! ¡A Danny nunca se le pasaba nada!
-Lo siento, pero no sé dónde quedé...- me disculpé avergonzada.
La realidad era que correr por la oscuridad me había confundido y no sabía qué direcciones había tomado, no podría siquiera saberlo, aunque prendieran las luz.
Se escuchó un golpe del otro lado de la línea.
-¡¿Danny?!- pregunté alarmada.
Nadie contestó.
-¡Danny!- repetí desesperada.
-Lo siento, creo que al fin encontré una entrada.- se excusó notablemente feliz.
La puerta al fondo de la sala se abrió. Aquella puerta que había sido la esperanza de mi fuga, por la que entraba aquel az de luz.
La luz me cegó por un momento, pero, cuando mis ojos se acostumbraron, pude ver a Danny. El celular resbaló de mis manos, cayendo con estrépito al piso.
Danny caminó triunfante hasta mí. Su expresión era una combinación de alivio y preocupación.
Al llegar frente a mí, no pude evitar echarme a sus brazos y sollozar en silencio.
-¿Cómo estás?- me susurró al oído.
-Bien- mentí.
Danny no parecía muy convencido.
Escondí mi rostro en su regazo.
-¿Por qué entraste aquí?- me reprochó.
Me encogí de hombros.
-No lo sé, de repente me sentí atraída... me dio curiosidad, creo.- intenté explicar.
Me voz se había vuelto entrecortada por culpa de los sollozos.
Danny tomó mi rostro entre sus manos, obligándome a verlo directamente a los ojos. Él en realidad estaba preocupado por mí.
-¿Qué pasó?- preguntó inquisitivo, al percatarse del pequeño corte que me había hecho el cuchillo de Mateus.
-Sólo me tropecé...- volví a mentir.
Me sentía tan mal haciéndole esto, pero no tenía alternativa.
Parecía que iba a seguir interrogándome. Entreabrió los labios, pero al final los cerró y supe que no haría más preguntas al respecto.
-Será mejor que te lleve a casa y sepan que estás a salvo.- propuso.
Lo miré horrorizada.
-¡¿Lo saben mis papás?!
Danny rió suavemente.
-No fue mi idea. Creo que fue un error hablarle a Roger, pero pensé que irás con él, ya que es tu mejor amigo, pero por tomar venganza, le dijo a tus padres que te había descuidado y que no podía encontrarte.- rió nuevamente- Creo que terminé con la poca confianza que tenían sobre mí.
No pude evitar reír con él.
Nuevamente me invadió aquella pregunta ¿Cómo me alejaría de él?
Me escrutó con la mirada, podía ver en sus ojos el reflejo de los míos y supe que sabía que yo le escondía algo.
-¿Sabes? A veces para recordar necesitas ver.- murmuré.
Danny sonrió adivinando a dónde me dirigía.
-Entraste aquí porque quisiste recordar el baile en el que nos conocimos- continuó por mí.
Una sonrisa se dibujó en la comisura de mis labios. La retuve, empezaba el alejamiento.
Inesperadamente me tambaleé hacia atrás.
-¡Any!- exclamó Danny alarmado.
Me sostuvo de la cadera.
Sacudí la cabeza.
-No pasa nada, será mejor que salgamos de aquí.- pedí en un susurro.
Danny no vaciló en ningún momento.
Me cargó como a un bebé y caminó conmigo entre sus brazos al exterior del edificio.
Cerré los ojos, me sentía mareada.
-Any...- me habló Danny, su voz me pareció lejana- Sé que estuviste en peligro cuando estuviste adentro...
No pude protestar, mis párpados me pesaban tanto, que ni si quiera podía abrirlos. Al igual que mis labios, parecía que los habían pegado con Uhu. No podía siquiera moverlos.
Pronto perdí la noción de tiempo y lugar. Todo se volvió oscuro.
-Any...- había alcanzado a escuchar a lo lejos- resiste...
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