Peky, pues aquí contesto a tu pregunta: mateus tiene complices porque dijo "si NOS delata con la policia"
;) Es un poco complicado de explicar, pero lo voy a intentar ;) Con NOS, se refiere a Any y a él, como si Any fuera voluntariamente parte del plan de hacer sufrir a Danny jajajajajaja Mateus no tiene cómplices ¡Gracias a Dios! :P Espero que con esto pueda contestar tu pregunta ;) Y bueno, espero que les guste el capítulo ;) muchas gracias por los comentarios:
Corrí hacia él.
-¡Roger!- lo saludé- ¿Qué te trae por aquí?
Lentamente se incorporó sin decir nada.
-¿Tú sabías que le gustaba a Miranda?- musitó.
Aquellas palabras me tomaron por sorpresa.
-Yo... no... ¿De qué hablas?- pregunté desconcertada.
-Me lo confesó, pero no sé qué hacer.- dijo con pesar.
-Pensé que no querías hablar con nosotras, que ya no había nada como amigos- repuse.
Él negó rotundamente con la cabeza.
-Fui un tonto... pero estaba celoso.- explicó lentamente.
-¿De qué podrías estar celoso?- pregunté.
-De tu novio...- sentenció finalmente.
Y aquello, increíblemente no me tomó por sorpresa. Muy en el fondo yo ya sabía cuál era el verdadero problema.
-Roger... en realidad no sé qué decir. Tú sabes que yo... bueno...- tartamudeé.
-No, Any, tranquila, lo entiendo.- me interrumpió.
Lo miré confundida ¿Sabía él que yo en realidad amaba a Danny?
-Entiendo que no me ames a mí- continuó.- así que he decidido rendirme. Y todo esto lo entendí desde que Miri me confesó todo.
-¿Y con todo a qué te refieres?- pregunté inquisitiva.
-Que le había gustado yo desde tercero de secundaria, pero que ella siempre supo que a mí me gustabas tú.- contestó.
Guardamos silencio por un largo rato.
-¿Y por qué nunca me lo dijo?- susurré dolida.
-Porque ella pensaba que yo te gustaba también, entonces no quería arruinar nada.- explicó.
Solté un hondo suspiro.
-Roger, lo siento tanto...
Me vi interrumpida cuando me abrazó.
-No tienes nada qué sentir, el que tiene que disculparse soy yo. Y también venía para decirte que quiero estar con Miri- dijo.
Sonreí.
-¿En serio?- exclamé.
-En serio- aseguró Roger.
-¡¿En serio?!- grité emocionada.
-En serio- repitió Roger divertido.
Solté un grito de felicidad.
-¡Felicidades!- dije abrazándolo con mayor fuerza.
-Gracias- dijo Roger con la misma emoción.- pero todavía no estamos juntos.
Ambos reímos a carcajadas y nos sentamos en el escalón de la entrada uno junto al otro.
-¿Y por qué no se lo dices?- lo reproché.
-Quiero que sea algo muy especial para ella...- confesó.
Sonreí.
-¿Te refieres a una cena sorpresa o una serenata?- quise saber.
Roger asintió.
-Nunca me di cuenta de la maravilla de chica que tenía a mi lado... pero las puertas del amor siempre están abiertas para quien las necesite.- dijo Roger.
Me tomé de su brazo y recargué mi cabeza en su hombro.
-Eso explica por qué Miri estuvo tan extraña...- comenté maravillada- ¡Estaba enamorada!
-Y creo que ella me ha enamorado también.- coincidió Roger sonriendo de oreja a oreja.
Le revolví el cabello.
-Te extrañábamos, Roger- lo reproché.
Roger sacudió la cabeza.
-Los amigos son para siempre ¿O no?- comentó.- También esas puertas siempre están abiertas.
-Por supuesto- coincidí.- siempre... entonces ¿Necesitas ayuda?
Asintió con entusiasmo.
-¿Para cuándo?- pregunté.
Roger sonrió con malicia.
-Para mañana...
-¡¿Qué?!- grité desconcertada.- ¡¿Estás loco?! ¡Algo tan especial tarda más tiempo en planearse! ¡Qué poco romántico, Roger!
Roger soltó una carcajada.
-Tranquila, pícara máquina del amor.
Reí con él.
-Ésa soy yo...- coincidí entre risas.
No volvimos a hablar hasta que nuestras risas se calmaron.
-No pienses en serenata, porque si es para mañana, no les daría tiempo de ensayar- lo previne.
Roger sonrió.
-No estaba pensando precisamente en eso...
Lo miré curiosa.
-¿Y si pasamos a la casa?- propuse.
-No estaría mal- accedió Roger.
Ambos nos incorporamos. Saqué mis llaves con el llavero de la mariposa azul que tanto me gustaba y abrí la puerta de la casa.
-¡Mamá! ¡Ya llegué!- avisé al entrar al recibidor.
Roger soltó mi brazo.
Entonces se escucharon pasos provenientes de la cocina hasta que mamá quedó frente a nosotros.
Me preparé para lo peor.
-¿Por qué no me dijiste que estabas en el hospital acompañando al papá de Danny, cariño?- me reprochó mamá- ¡Ya nos tenías preocupados!
-¿Estoy castigada?- dije con cautela.
-No, pero nos vas a tener que llevar a tu papá y a mí para saludar al señor Fontana.- repuso mamá.
Sonreí disimuladamente.
-¡Hola, mamá!- dije abrazándola con fuerza.
Mamá me devolvió lentamente el abrazo.
-¡Parece como si fueras a morir mañana! ¿Por qué tanto cariño?- preguntó divertida.
¡Lástima que tuviera cierta razón!
-No lo sé...- dije encogiéndome de hombros- hoy estoy feliz.
Lentamente nos soltamos.
-Hola, señora Sabas- saludó Roger dándole un beso en la mejilla.
-¡Qué sorpresa, Roger!- dijo contenta mamá- ¿Quieres algo de beber? ¿Algo de comer?
-No, gracias.- se negó Roger.
Lo tomé del brazo.
-Lo voy a ayudar con algunos asuntitos.- le dije a mamá guiñándole el ojo.
-¡Oh! ¡Vaya!- exclamó- ya entiendo, si necesitan algo, estaré en la cocina.
-Gracias- dijimos Roger y yo al unísono.
Subimos las escaleras y cruzamos el pasillo del segundo piso hasta llegar a mi cuarto.
-Muy bien, entonces ¿Cuál es tu idea?
¡Qué bien me la iba a pasar antes de morir!
me gusto...pero no se puede morir u.u y danny cuando se lo dira y cuando asara tiempo con el? es reeeee linda la historia...publica prontoporfavor no me dejes con intriga ¬¬...cuidate, saludos ;)
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