Aquí, como he estado comentando, les pongo la continuación de Almas gemelas ;) Quizás ahora será: Lunes y viernes, "Cazadora errante" y miércoles "Almas gemelas" (Aunque no estoy completamente segura, depende de cómo llegué la inspiración :P), que como ya habré dicho antes, está a punto de llegar a su fin :') difícil darse cuenta que algo llega a su fin jajajaja muchas veces las cosas son increíbles en ese sentido, porque un final significa el comienzo de algo diferente. Muchas gracias por seguir leyendo a pesar del tiempo que me he ausentado :D :D :D :D
Amy, Alec y yo platicamos por horas mientras cuidábamos de los pequeños en el jardín trasero de mis tíos.
-¡Penélope!- le grité a la pequeña subida en el columpio- ¡Yo te columpio!
Penélope rió suavemente y se balanceó peligrosamente en su asiento.
Me acerqué con ímpetu y la empujé con la mayor suavidad de la que fui capaz.
-¡Más fuerte, prima!- exigió la pequeña Penélope riendo con diversión.
-¡No me retes, pequeña!- dije sonriente.
Pero nada parecía querer pararla en su juego.
-¡Más fuerte, prima!- insistió.
-¡Tú dices!- accedí finalmente.
Penélope rió emocionada. Pude ver de reojo cómo mis primos Alec y Amy me miraban con la sorpresa explícita en sus rostros.
Sonreí de oreja a oreja mientras redoblaba mis fuerzas.
-¡Hasta mi hermanito te gana!- me retó Penélope.
-¡Ah!- grité divertida- ¡Eso crees! ¡Amy!- me dirigí a los cuates- ¡Ayúdame! ¡Y tú también, Alec!
Alec no dudó ni un segundo, mientras que Amy se demoró un rato más en tomar la decisión suficiente, entre los tres empujamos a Penélope, que a cada momento se elevaba más y más riendo con tanta jovialidad, que su felicidad se le contagiaba a todos. Y pronto llegó tan alto, que los tres desistimos y nos abrazamos los unos a los otros riendo a carcajadas, mientras observábamos cómo Penélope gritaba divertida.
-¡Me recuerda cuándo jugábamos a los aviones!- dijo Amy entre risas.
Solté una carcajada estridente.
-¡Y que Alec salió volando a los arbustos!- coincidí.
Amy y Alec rompieron también en carcajadas estridentes.
-¡Fue un accidente!- se quejó Alec.
-¡No! ¡Fue una caída con estilo!- dijo Amy sarcástica.
Calmar nuestras risas tardó más de lo que hubiera esperado. Sólo el recordar aquel día que los dos estaban vestidos con la misma ropa, pero que al final la de el uno quedó tan manchada que ya hasta podían distinguirse. Mis primos solían atraer ese tipo de problemas y si de pequeña no me reía, ahora me mataba de la risa recordando todo eso.
-¡Qué buenos tiempos!- dijimos los tres al unísono.
Ninguno pareció estar en desacuerdo.
Pero entonces nos vimos interrumpidos por mi celular, que inesperadamente empezó a sonar. Mis latidos se aceleraron inevitablemente... ¿Sería...?
Mis risas se apagaron al instante y sacar el celular me costó más que de costumbre. Para mi gran alivio, era Danny... ¡¿Para mi gran alivio?! ¡Danny! ¡¿Me estaba hablando Danny?!
Mi corazón se llenó de mal auguro.
Rápidamente descolgué.
-¿Qué sucede?- pregunté con los nervios de punta.
-Any... papá, tuvo un segundo infarto... no ha despertado desde entonces...- dijo Danny con la voz quebrada.
Me alarmé. Aquello no sonaba nada bien.
-¡¿Cómo...?!- solté con un hilo- ¡¿Cuándo?!
Y a pesar de toda la pena que pudiera estar cargando Danny, contestó con voz tranquila y monótona.
-Fabián está hablando con los doctores en este mismo momento y me pidió que te hablara. Ahora no puedo decir mucho, yo estaba dormido cuando ocurrió.- dijo lentamente.
Y entonces tuve un deja'vu... ¿De dónde me llegaba aquella sensación?
-Danny...- dije rompiendo en lágrimas- Danny... lo siento tanto...
-Sigue vivo... pero desde que llegué tengo un mal presentimiento, hermanita. No sé qué significa.- explicó Danny.
Parecía estar sonriendo, pero al instante supe que la felicidad no le llegaba a los ojos como otras veces.
Sonreí con él.
-No es la muerte de tu padre, Danny... no es su muerte, créeme. En seguida voy para allá- informé antes de colgar.
Alec y Amy me miraron con los ojos como platos.
Pero mi mente estaba en otro lado. Por un momento todos mis planes se desmoronaron. Aquello significaba pasar tiempo con Danny... y si moría su padre... No quería pensar más. Entonces mis sollozos se volvieron más fuertes.
-¿Qué sucede, Any?- preguntó Amy abrazándome rápidamente.
Respondí su abrazo con torpeza.
-El padre de Danny...- dije con la voz entrecortada.
-¿Qué tienes tú que ver con él?- preguntó Amy incrédula.
-Está empeorando...- continué ignorando su pregunta.
Mi mirada se perdió en algún lugar. Mis pensamientos no dejaban de atormentarme.
-Ya sé que voy a sonar como niño chiquito, pero hay que llevar a Any con sus papás.- propuso Alec tomándome del brazo.
Amy asintió mientras me tomaba del otro brazo. Juntos me condujeron hacia la entrada de la casa. Donde la risa de nuestros padres se escuchaba sin problema. Pero pronto mis latidos bloquearon mi sentido del oído y mi vista se volvió borrosa.
-Any... ¿Qué sucede?- escuché en la lejanía.
¿Sería Alec? ¿O era Amy?
"Danny, Danny... tu padre no morirá..." me repetía una y otra vez. Su padre no moriría porque yo iba a morir. A eso nos dirigía su presentimiento, porque los presentimientos de Danny nunca fallaban. "Danny... mantén la esperanza por mí. Tú padre vivirá" seguía repitiéndome, indiferente de las voces que escuchaba en la lejanía.
Cerré los ojos por un momento. Y sentí aquella conexión. "Todo va a estar bien, Danny".
"Gracias, hermanita."
Aquello fue lo que me devolvió a la realidad lentamente.
-¡Any, reacciona! ¡Hija! ¿Qué sucede?- gritaba mi mamá desesperada.
-¿Aún respira?- escuché que alguien preguntaba.
-Sí, mamá.
-¿Pero qué sucedió?
-Su ex novio le llamó y le dijo que la enfermedad de su padre había empeorado...
-¡Any! ¡Hija! ¡Responde!
Pero las voces seguían escuchándose lejanas.
-¿Ya llamaron a la ambulancia?
-Sí, tía. Viene en camino.
¡¿Una ambulancia?! ¡¿En camino?!
-No- musité.
-¡Any!- exclamó mamá aliviada.
-No, no... mamá... no...- dije incorporándome con brusquedad.- Tengo que ir a donde Danny.
-Cariño, siéntate. No te muevas así o te volverás a desmayar...
-Mamá...- la interrumpí- llévame con Danny.
-Prima...
-Por favor- dije ignorando las demás protestas- su papá empeoró y tengo que estar a su lado.
-Necesitas descansar, hija...
-Ya me siento mejor, por favor, debo ver a Danny.- supliqué.
Mamá soltó el suspiro de la derrota.
-Amy, acompáñame, y tú, Alec, avísale a tu tío que salimos Any y yo y que probablemente no nos veamos hasta mañana.- instruyó mi madre con una autoridad inesperada.
Rápidamente nos despedimos de todos y nos subimos al auto. Amy y mamá adelante, mientras yo me sentaba atrás, impaciente por llegar al hospital.
Cierto que traía dolor de cabeza, pero comparado con lo que los presentimientos predecían en aquel momento, aquello era lo de menos. La lluvia seguramente comenzó a medio camino, cuando a penas cruzábamos la carretera. Las gotas de agua fueron empañando el vidrio con pasmosa lentitud. Al principio la visibilidad era pasable, pero conforme el tiempo pasaba, las gotas se volvieron cántaros, hasta tal punto que mamá tuvo que disminuir la velocidad. Estaba confundida... y cuando llegamos a la entrada del hospital, quedé más desconcertada.
Jack parecía estar entrando en aquel mismo instante al hospital y en el momento en el que mamá paró el auto, un taxi se paró detrás de nosotras, apeándose entonces... todo mi valor se fue a los pies... ¡Janet! ¡¿Qué rayos hacía ella aquí?! ¡¿Acaso Danny le había avisado a medio mundo?!
-Ya pueden bajarse, chicas. Yo iré a buscar en dónde estacionarme- nos instruyó mamá.
Maldije para mis adentros mientras abría la puerta trasera con desgana. Pero para mi buena suerte, Janet ya iba lo suficientemente adelante como para no percatarse de mi presencia y cuando Amy se colocó a mi lado, a pesar de que las dos estábamos mojadas de pies a cabeza, caminamos con decisión a la entrada del hospital. Donde tuve oportunidad de maldecir para mis adentros por segunda vez cuando vi a Danny y a Janet reunidos en el recibidor.
Sentí cómo mi corazón se rompió en mil pedacitos cuando Janet abrazaba a Danny y lo besaba con ímpetu. Si mi valor estaba en mis pies, mi autoestima estaba por debajo de ellos. Nuevamente me vi en la necesidad de llorar. Mis ojos se anegaron de lágrimas, pero agradecí para mis adentros el estar mojada por la lluvia, así nadie notaba mi pequeña tristeza.
-Infeliz...- musitó Amy, cerrando sus manos en puños.
-No pasa nada, yo ya lo sabía, era de esperarse...- intenté asegurar, a pesar de que mi voz estaba quebrada.
-¿Any?- dijo alguien detrás de mí.
Me volví con pasmosa lentitud, limpiando disimuladamente mis lágrimas.
-Jack...- dije sonriente- ¿Qué te trae por aquí?
"Pequeña venganza..." pensé para mis adentros antes de abrazarlo con fuerza y besar por largos segundos su mejilla.
-Tenía que hablar contigo...- me susurró al oído, cuando se vio interrumpido por algo a mis espaldas.
¡Éste era el colmo de los colmos! Danny y Janet nos miraban atentamente.
"¿Reunión de ex novios?" ¡Nada más faltaba que Janet y Jack terminaran juntos!
Pero mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando mis ojos se cruzaron con los suyos. Sus ojos verde esmeralda se habían endurecido como aquella vez... El sufrimiento de un hombre reflejado en las ventanas del alma. Mi corazón palpitó con vida inesperadamente, como si los pedazos se hubieran reconstruido. Me vi incitada a abrazarlo, pero me abstuve, dejando que aquellos largos e infinitos segundos pasaran, deseando que todo se congelara por un momento.
Un momento de confusión. Los cuatro allí reunidos, con sentimientos encontrados, amores rechazados y una decisión implacable.
Entonces intercambié miradas con Janet que fruncía el ceño y a su vez me lanzaba una mirada venenosa. Tres días de vida y me vería privada de sus privilegios ¿Era esto una burla?
:O...jooooooooooooo...tres dias de vida y con la bruja era cierto...esto es una broma????...Ok me encanto :O espero que vuelvas a publiscar una vez mas :D...
ResponderEliminarSaludos ;)