viernes, 15 de octubre de 2010

Bueno, no estoy segura de que sea muy largo, pero espero que recompence el miércoles que me salté. Sólo diré una cosa más... humm... ahora voy a tener más problemas de lo normal para publicar porque... humm... hasta allí tenía escrito, no llevo más :$ Muchas gracias por los comentarios.

¡Espero que les guste!


El resto de la clase fue aburrida, no fue más que hacer un debate sobre el cambio climático. El profesor perdió su aversión hacia nosotras cuando argumentamos correctamente. Al término de la clase todas mis amigas se reunieron con nostras, incluso Roger y Santi vinieron a platicar. La mayoría ya estaba enterada de que me gustaba alguien. Todo gracias a Miranda, que no paraba de gritar su nombre a cada rato. Tuve que contestar las mismas preguntas que Miranda me había hecho antes de la clase. Todos parecían sorprendidos y emocionados, al único que no le agradaba en lo absoluto, era a Roger, que bufaba cada vez que escuchaba el nombre. Pasé tres largas horas de clases contestando preguntas hasta que llegó la hora del almuerzo y la única que me acompañó (Gracias al Cielo) fue Miranda, que ya se sentía satisfecha y estaba completamente muda, jugueteando con el tenedor. Me gustaba que el almuerzo fuera al aire libre. Ya no sentía presión, contestar tantas preguntas me había dado dolor de cabeza.

-Volveré en un momento- murmuré.

Me incorporé de mi lugar y caminé directamente hacia el árbol de la reja, donde normalmente meditaban mis compañeros cuando tenían problemas y querían estar solos. Me sorprendía y me fascinaba aquel código que silenciosamente habíamos formado entre nosotros. Cuando alguien estaba recargado en el árbol no se le molestaba en ningún momento. Era la regla y no había excepción. El único problema de aquel lugar era que la reja era la línea divisora entre el colegio y la calle. Cualquiera que se sentara podría escuchar el auto que pasara, incluso lo vería, a pesar de que la reja estaba cubierta por una densa maleza, que con los pocos fondos del colegio, nadie se había dignado a quitar. Como decía la directora: “Un problema menor, nada importante. Que la hierva viva donde quiera mientras no moleste a nadie” Reprimí una sonrisa.

-Hola.

Me sobresalté al escuchar aquella voz. Me volví incapaz de creer que alguien pudiera haber roto la regla. Bueno, no era su culpa ¿Cómo sabría si no iba en el mismo colegio que yo? Me incorporé, le rodeé el cuello con los brazos y los estreché con fuerza.

-¡Danny!- dije sorprendida- ¿Pero qué haces aquí?

Él rió y me devolvió el abrazo.

-Necesitaba alguien con quién platicar.- se limitó a contestar.

Lo miré con curiosidad.

-¿Pasó algo?- dije al percatarme de que su rostro mostraba sufrimiento.

-Preferiría contártelo en otro lado- dijo mirando a nuestro alrededor.

La mayoría de los estudiantes ya se habían percatado de su presencia.

-Mejor vámonos de aquí- murmuré.

Lo tomé de la mano y lo guié detrás del edificio. Era el lugar perfecto, pues la sombra nos cubriría de miradas curiosas.

Danny se recargó en la pared y cerró los ojos con fuerza.

-Me pidieron que no se lo dijera a nadie, pero no lo puedo guardar así, es demasiado dolor. Entonces decidí contártelo a ti.- explicó brevemente.

Mi curiosidad se acentuó. Me percaté de lo demacrado que estaba su rostro por el sufrimiento.

-Danny…- susurré preocupada- ¿Qué pasó?

Él desvió la mirada hacia unos estudiantes sentados sobre el césped.

-Mis padres regresaron el lunes por la noche. Mi madre tuvo problemas con el corazón y tuvieron que volver antes de tiempo. La atendieron desde entonces, pero no mejoró…

Lo abracé con fuerza. Él me rodeó con sus brazos. Recargué mi frente en su duro y protector pecho, pero por primera vez en el tiempo que llevaba conociéndolo lo sentí frío.

-Danny…- murmuré con la voz quebrada- lo siento tanto.

-No sé cómo decírtelo… es sólo que… me gustaría que me acompañaras a la… incineración.- dijo fríamente.

Lo escruté con la mirada, pero estaba inexpresivo. Asentí con la cabeza conteniendo las lágrimas.

-Te acompañaré- murmuré.

Danny me abrazó con mayor fuerza.

-No sabes cuánto significa esto para mí.- susurró.

Colocó su frente sobre la mía y cerró los ojos. Parecía contener las lágrimas también.

-¿Cuándo es?- pregunté.

-Mañana…

Asentí nuevamente. Tomé su mano y acaricié su antebrazo, donde aún quedaba la cicatriz de aquella noche. Solté un sollozo.

-Lo siento, Danny ¿Quieres que te acompañe desde ahora?

Él negó con la cabeza.

-Continúa con tus clases, te espero mañana.- dijo antes de darme un beso en la mejilla y desaparecer.

Pasé mi mano varias veces, incapaz de creer que Danny estuviera sufriendo. Caminé limpiándome las lágrimas hasta volver con Miranda, que era ajena a lo que había pasado. Al ver mis ojos hinchados, dejó el plato a su lado y corrió a abrazarme.

-¿Era él, cierto?- me preguntó.

Asentí, incapaz de pronunciar palabra.

-Mugre infeliz, no lo mereces, Any.- dijo intentando adivinar lo que había pasado.

Reí entrecortadamente.

-No fue eso… él… mañana lo veré.- me limité a contestar.

Miranda me escrutó con la mirada frunciendo el seño.

-¿Entonces lloras de felicidad?- preguntó inquisitiva.

Me encogí de brazos.

-No lo sé- mentí.

-¡Déjame ayudarte a arreglarte!- me suplicó.

Negué con la cabeza.

-Será para otra- contesté amablemente.

-Está bien, no te preocupes… nada más digo que a qué hombre se le ocurre tener una cita informal con su chica- dijo enfatizando la palabra de un modo divertido.

No pude evitar reír.

Al final del día, volví a la casa exhausta. Mamá me esperaba con la cena lista.

-Hola, cariño.- dijo sirviéndome una porción.- ¿Cómo estuvo el día?

-Bien- me limité a contestar.

Al terminar fue directamente al cuarto de televisión. Prendí la computadora rápidamente y esperé a que se cargara. Entonces se abrió automáticamente Messanger. Busqué a Danny, pero no aparecía como conectado. Suspiré resignada ¡Si tan sólo por una vez, su sexto sentido percibiera mi desesperación! Me levanté de mi asiento y corrí a mi habitación. Me cambié a la pijama, intentando ganar tiempo, con la esperanza de que se conectara. Al volver tenía tres ventanas abiertas.

3 comentarios:

  1. Hola Nessy!
    Primera en comentar =)
    Bueno te queria decir que me sorprendio
    mucho la muerte de la madre de Danny
    Pobresito Danny! =(
    Que pasara con las tres ventanas abiertas??
    XD
    Chica me estas matando con tus finales abiertos =)
    Espero por el proximo!
    P.D.: Cuando publicabas?? me olvide sorry XD

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  2. Nessy!! Pero que le has echo a Danny?!! Me quede con la boca abierta cuando fue al insti de Any pero mas cuando le dijo eso...
    Pobre! Todavia me cuesta creerlo...
    Y porque a Roger no le gusta que hablen de Danny?
    Y quien la habla a a Any por el msn?
    Me gussta mucho la historia, me tiene muy enganchada!
    ^^
    PD: a mi no me importa si tardas mucho en publicar, mientras sigas con la historia...
    *BESSITOSS*

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  3. Snif , Snif , Snif :( .
    Pobre Danny !!! Es tan perfecto que no merece este dolor XD .
    ¡¡¿Porque nunca se conecta ?!!
    Yo tamb esoty aldo desesperada :$ .

    Publica pronto que cada vez amo mas tu historia .

    Te quiero
    Cuidate
    Bye

    XoXo
    Rosebelle

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¡Me encantan los comentarios! Agradezco que te hayas pasado unos minutos.