Any,
Ya no podemos estar juntos. Tampoco te siento, como si te hubiera perdido. Y ahora ya no puedo regresar, me han ofrecido una beca en una nueva universidad para hacer el doctorado y es todo lo que he deseado desde pequeño… y no quiero renunciar a ese sueño. Lo siento, hermanita.
Enviado por Hotmail, el 15 de febrero de 2011.
Cerré la LapTop al instante, incapaz de creer que MI Danny pudiera haber escrito esas palabras. Me eché a la cama y empecé a sollozar en silencio. "Ya no podemos estar juntos... ya no podemos estar juntos..." Me repetía una y otra vez ¿Sería cierto? ¿Me había dejado por los estudios? ¿Había desistido antes que yo? Mis sollozos se volvieron más fuertes y audibles. Lo había perdido... y entonces supe por qué había presentido que me escondía algo. No eran los estudios por los que me había dejado, era por otra chica... seguramente más linda, segura, observadora, cariñosa ¿Estaría en lo correcto? Un punzada en mi interior me dejó claro que sí, había acertado. Danny había encontrado a otra.
La rabia a causa de los celos que me invadió en aquel momento, fue renovabada y más fuerte. Me armé de valor, abrí la Laptop y empecé a escribir:
Danny:
Yo sé que siempre ha sido tu sueño ser doctor, pero prometimos que ni la distancia ni los estudios podrían separarnos. Creo que he descubierto lo que me escondes y quiero que seas sincero conmigo en lo que respescta a la siguiente pregunta ¿Ella estudia contigo? No veo otra razón para que nos hayamos distanciado tanto, y si así vas a jugar conmigo, entonces, olvídate de mí. No voy a soportar que me lastimes ¿Bien? Las mentiras no ayudan en nada, me lo hubieras dicho desde un principio.
Enviado por Hotmail, el 16 de febrero de 2011.
Mis dedos temblaron al darle click a la opción "Enviar". Nuevamente cerré la Laptop y me acurruqué en mi cama. Si aún no sufría tanto, era por la esperanza de que todo fuera mentira, de que, las suposiciones que conjeturaba fueran un error y que Danny siguiera amándome a mí y no a otra.
Me levanté de mi cama cancinamente y me fui a bañar. Ya era hora de dormir, tenía dolor de cabeza y no estaba dispuesta a desvelarme por ver una respuesta. Me quité la ropa y me metí a la regadera, donde me quedé rígida por un largo rato, relajando mis músculos con el agua caliente. Solo cuando sentí que ya no había agua caliente, cerré la llave y me sequé con la toalla, me puse la pijama más cómoda que encontré y a los pocos minutos ya estaba metida en la cama, calientita, soñando que aquellas mantas que me cubrían eran los brazos de Danny, aquellos brazos que no había sentido desde hace casi un año. El dolor de cabeza había disminuido notablemente, pero... aún así no logré conciliar el sueño, sino hasta que los primeros rayos del sol se filtraron por mi ventana.
-¡NO!- sollocé.
"Es tu culpa, tú lo mataste" Escuchaba resonar en la habitación.
Entonces el cuerpo de Tomás empezó a moverse sobre mí, hasta que se incorporó y me lanzó una mirada asesina.
-Tomás- susurré sin aliento.
-Te quise ayudar y no me protegiste- me dijo con una voz aniñada y triste.
Negué con la cabeza.
-Estabas encima de mí... yo...
-Yo te quería...- me interrumpió.
No pude si quiera contestar a aquellas palabras que tanto me habían dolido. Tomás se convirtió en un halcón y salió volando de la habitación, dejándome sola... o quizás no completamente sola.
Las carcajadas de Mateus me calaban hasta los huesos ¡Pero él estaba en la cárcel! Parecía que había visto todo por la oscuridad.
-¡Danny!- grité desesperada.
Pero esta vez, él nunca llegó.
SSentí cómo alguien sacudía mi hombro. Abrí mis ojos lentamente, empañados en lágrimas. Mi frente estaba sudorosa y las sábanas se habían enredado alrededor de mi cuerpo.
Grité de dolor, de agonía. Quizás mi suboconsciente ya sabía que Danny ya no me quería, pero yo no podía aceptarlo. No podía.
-¡Cariño!- dijo mamá con la precupación dibujada en el rostro- ¿Qué pasa, cariño?
Sacudí la cabeza, incapaz de pronunciar palabra.
-Richard, ve por unas aspirinas- pidió mi mamá.
Papá no vaciló ningún segundo. Salió rápidamente por la puerta, hasta que lo perdí de vista.
-¿Qué pasó? ¿Soñaste feo?- preguntó mamá dulcemente, pero sin perder la expresión preocupada.
Asentí lentamente.
-Mamá...- susurré con la voz entrecortada- no quiero recordar, no ahora.
Asintió al igual que yo.
-Pues... ¡Feliz cumpleaños, cariño!- me susurró al oído con la emoción contenida.
¡Cuánto hubiera deseado no arruinar aquel momento! Pero había olvidado completamente mi cumpleaños.
Primero puse cara de desconcierto, luego recordé y finalmente agradecí vagamente las felicitaciones.
Mamá pareció desepcionada, pero... yo ya no estaba para esas cosas, no cuando podía ser que mi alma gemela me estuviera dejando por otra. Entonces empecé a dudar de que fuera mi alma gemela.
Suspiré con desgana.
Entonces papá volvió a entrar a mi habitación con un paquete en una mano y un vaso con agua en otra.
-Lo siento, amor, pero no había aspirinas.- se disculpó papá.
Por primera vez sonreí. Quizás las cosas no iban tan mal. Mis papás se habían reconciliado después de largos días enviando flores y cartas de amor, como si fueran jóvenes, y nada de su vida como padres hubiera ocurrido aún. A veces me parecía que la separación los había unido más después de todo, y eso era algo que me ponía feliz, en realidad, rebosante de alegría.
Papá me entregó el paquete.
-¡Ábrelo, cariño!- pidió mamá con la ilusión dibujada en el rostro.
Quité el papel con pasmosa lentitud. Hasta descubrir una caja. Una vaga curiosidad me invadió por un momento. Abrí la solapa y metí la mano en el interior. Cayeron en mis manos dos papeles de un extraño corte. Al sacarlos, me percaté de que eran dos boletos... y no a cualquier lado... sino... ¡Hasta la India!
Recordé la promesa que me había hecho Danny. Uno para mejorar sus aptitudes médicas o otro para encontrar su interior, íbamos a ir a la India. Pero recordé lo que me habían dicho y preferí no comentárselo nunca.
Mi sonrisa desapareció.
-¿Qué tienes, cariño? Te veo diferente- preguntó mamá.
Bajé la cabeza, hasta encontrarme con mis pantalones de rayas lilas.
-Danny ya encontró a otra chica. Terminamos...- suspiré- ayer.
A papá se le cayó el vaso de las manos. Mamá dio un grito ahogado y yo no pude soportar más las lágrimas, que se desbordaron lentamente por mis mejillas.
-Pero los habíamos comprado para ustedes dos- repuso mamá incrédula.
Me encogí de hombros.
-Pues tendré que buscar a alguien más que quiera acompañarme- contesté.
Pero en mi interior... en mi interior hubiera deseado que Danny hubiera sido mi acompañante.
-¿Cómo los consiguieron?- susurré intentando cambiar de tema.
-Tu padre, el padre de Danny y yo ahorramos para que los dos se volvieran a ver y fueran a la India- contestó mamá aún sin salir de su asombro.- Era su sueño ¿No?
Recordé que le había escrito a Danny y lo más probable sería que ya me hubiera contestado. Me acerqué a mi Laptop y la abrí. Se había quedado tal cual la había dejado, por lo que, lo único que tuve que hacer, fue abrir su mensaje.
Any:
Tienes razón, nunca debí mentirte. Ella estudia cosmotología... nos conocimos en un parque y me cayó muy bien. No sé qué pasó, sólo ocurrió. Desde hace una semana empezamos a ser novios, pero no me atreví a decírtelo por miedo a lastimarte, pero las mentiras no ayudan a suavizar la peor de las noticias y ahora me doy cuenta, lo siento, hermanita. Pero he descubierto que el amor no es eterno. Podemos seguir siendo amigos, te sigo llamando hermana y tú a mí hermano... porque después de todo, tú sabes que te quiero mucho.
Tu hermanote,
Danny
Enviado por Hotmail, el 17 de febrero de 2010.
Ni si quiera se había molestado en felicitarme...
hola!!!
ResponderEliminarme dieron tantas ganas de llorar lo senti tan real como se pudo enamorar de otra pobre de Any y ni siquiera la felicito por su cumple :(
deves publicar pronto porfa me quede con las ganas de saber mas...
besos y cuidate!
OYE UNA PREGUNTA MEDIA BOBO O NO SE ESKE EN LOS MENSAJES DDE HOTMAIL YO SOLO VEO SIMBOLITOS JAJAJA O ASI ES DE POR SI BN ESPPERO QE ME RESPONDAS
ResponderEliminarBYE