¡Zeta! jejejeje ¡Qué bueno que ya estás de vuelta! :D :D :D :D :D :D Lamento no haber publicado el viernes, pero fue el cumpleaños de mi hermano y no tuve tiempo de meterme. Aún así, muchas gracias por los comentarios, me ayudan mucho a salir adelante ;) Aquí les dejo el siguiente capítulo.
Eso no fue lo único que le dio inconvenientes a la velada. Desde el momento en que Roger miró con aversión a Danny, supe que habría problemas. Roger y Jack, que siempre habían competido uno contra el otro y no se trataban si quiera con diplomacia, parecieron aliarse en aquel momento y volverse contra Danny. Ninguno de los dos perdía la oportunidad de insultarlo o causarle alguna molestia, ya fuera con las bebidas, las conversaciones. Todo lo arruinaban con sorprendente empeño, hasta tal punto, que me sorprendió que Danny no echara chispas de rabia. A cada ataque estaba tan inexpresivo... que no pude evitar recordar que por eso lo admiraba, por la madurez con la que tomaba las cosas.
¡Cuánto hubiera deseado que la vuelta a casa hubiera sido un alivio! Pero decir aquello me dejaría como mentirosa. Despedirme de Danny fue bochornoso e irme en el auto con Jack fue la peor de las pesadillas.
Al principio ninguno se atrevió a medir palabra. La tensión, en lugar de quedarse en casa de Miranda, nos siguió como sombra silenciosa. Jack refunfuñaba en silencio, ninguna de las miradas que me lanzaba por el retrovisor fueron amistosas. En aquel momento quería que la tierra me tragara, la cabeza estaba a punto de explotarme.
-¿Estás enojado conmigo?- solté con una timidez que supuestamente no debió salir.
Jack se volvió hacia mí frunciendo el ceño.
-¿Debería?- contestó con otra pregunta.
Di un suspiro de resignación y me volví hacia la ventana con la mirada ausente, alcanzando a ver cómo su rostro se descomponía en una mueca de amargo disgusto. Estaba aún demasiado confundida para asimilar todo lo que había pasado y no estaba dispuesta a darme algo más que pensar en la noche.
Sin previo aviso acarició mi mejilla con suavidad, me volví hacia él con cierto rubor.
-No estoy enojado contigo- murmuró entre dientes.
Lo miré inquisitiva.
Dio un suspiro y volvió su mirada hacia el camino.
-La presencia de él es lo que me molesta- continuó.
No supe qué contestar.
Por dentro, el corazón me palpitaba tan fuertemente que tuve miedo de colapsar. Me sentía confundida, débil...
-No tengo nada que contradecir- murmuré con un hilo de voz.
Jack se volvió hacia mí con la sorpresa dibujada en el rostro.
-¿Eso quiere decir que su presencia también te molestó?- preguntó.
Podría haber jurado que había esperanza en su voz, pero no me concentré en aquello. Quedé atrapada en mis pensamientos, con el eco de la pregunta a la que aún no le tenía respuesta.
La realidad era que estaba dudosa. A menos que inconscientemente no quisiera aceptar que su visita me había devuelto mucho el ánimo.
Frunció el ceño hasta tal punto que sus cejas estuvieron a punto de tocarse.
Suspiré.
-No estoy segura- contesté finalmente.
Jack asintió, relajando su expresión. Nuevamente concentró su mirada en el camino.
-Pues te diré que no soportaré verlo ni una sola vez más- dijo fríamente.
Lo miré desconcertada.
-¿Qué?- dije mordiéndome el labio para que no pareciera grito.
-Sí, te lastimó y no estoy dispuesto a volver a verte sufrir.- explicó.
Suspiré enfurruñada.
-Decidir si verlo o no verlo no te corresponde- inquirí.
-Mientras estés conmigo, te lo pido, no lo invites...- repuso tan molesto como yo.
-En pocas palabras...- contuve el aire- nunca.
-Exacto- coincidió.
Lo pensé por largos segundos. Calculando mi respuesta.
-Si vas a estar tan grosero, entonces, mañana me iré con él. Cancelaremos la tarde de películas.- repuse articulando lentamente las palabras.
Supe que lo había atrapado con la guardia baja.
-
¿Te han dicho que eres terca?- murmuró secamente.
Una diminuta sonrisa se dibujó en la comisura de mis labios.
¡Qué irónico! Danny y Jack de acuerdo en una única cosa; que yo era terca.
-¡Los hombres son imposibles!-exclamé enojada.
-No, las mujeres son imposibles. Créeme que no se les entiende ¿Ahora qué dije para que exclamaras tan enojada?- preguntó divertido.
Lo fulminé con la mirada.
-¿Puedes creer que Danny piensa lo mismo?
-¿También piensa que eres terca?- quiso asegurarse, sin ningún atisbo de sorpresa.
-Sí- contesté sin piedad.
-No me extraña, es lo primero que se reconoce de ti- murmuró.
-¡Ey!- me quejé- Primero parece que le llevas en todo la contraria y de repente estás de acuerdo con él ¡Y me dices que a las mujeres no se les entiende!
Sonrió.
Sus ojos de aquel azul celeste destellaron con diversión.
-Cada quien da a entender de diferentes formas.- contestó perdiendo toda frialdad en la voz.
Parecía estarle divirtiendo que yo me hubiera enojado.
-Querrás decir, cada quien intenta dar a entender de diferente manera- repuse.
Soltó una carcajada.
-Estás en lo cierto, cada quien intenta.- concluyó.
Suspiré y me volví hacia la ventana, intentando rehuir su mirada.
El silencio reinó largos minutos.
Me percaté de que Jack iba a decir algo cuando lo escuché vacilar.
Entonces me volví hacia él y lo escruté con la mirada. Su expresión era una combinación de felicidad y tristeza, eso me hizo preguntarme si era posible sentir ambos sentimientos a la vez.
Extendió su mano y como siempre, vacilé antes de tomarla.
-Gracias- susurró cuando nuestras manos se rozaron tímidamente hasta entrelazarse.
No contesté. Un sentimiento de remordimiento se abrió paso en mi interior, dejando un nudo en mi garganta.
-No te había visto tan viva y animada desde hacía tiempo.- comentó seriamente.
Me sostuvo la mirada.
-Soy humano y los humanos razonamos. Sé que, si estás así, no es por haber visto a Miranda o a Roger, no fue porque te divertiste. Sé que es porque lo viste a él. Hemos ido tantas veces a casa de Miranda y siempre te he visto tan decaída, que ahora, aunque es lo que menos hubiera deseado, es más, aunque nunca lo hubiera deseado, la única diferencia fue que él estuvo allí. Es terriblemente obvio que fue por él.- explicó con la misma seriedad.
Suspiré, incapaz de rehuir su mirada.
-Estoy confundida- confesé.
Jack sonrió deslumbrante. Mostrando una larga fila de dientes blancos.
-Quiero que sepas, Any, que si él volviera a tenerte entre sus brazos, si él volviera a besarte, si él... no mintiera y en realidad siguiera amándote... entonces... mi consuelo será que, alguna vez logré cortarte la respiración, alguna vez logré deslumbrarte. Di todo lo que pude aunque me advirtieras que eres terca y siempre lo vas a amar a él... que nunca hubo competencia. Quiero que sepas que siempre voy a estar contigo, pase lo que pase, no te dejaré como él.
Mi rostro se anegó de lágrimas.
-Jack- supliqué en un susurro- no sigas... la idea de que al final alguno va a terminar lastimado ya me lastima. Soy egoísta, te quiero mucho y no quiero perderte, quiero que estés conmigo.
Su sonrisa se ensanchó.
-Entonces, prométeme que lo intentarás- me pidió.
Lo miré incrédula. Limpiándome las lágrimas con la mano libre.
-¿Intentar qué?
-Me darás una oportunidad.- contestó lentamente.
Pareció en espera de mi reacción.
Me percaté por primera vez que ya habíamos llegado a casa.
Suspiré pesadamente.
-No lo sé- dije con la voz quebrada.
Las lágrimas siguieron desbordándose por mis mejillas. Jack las limpió suavemente.
-Al menos tuve más oportunidades que Roger- comentó para suavizar el ambiente.
Solté una risita temblorosa.
-Roger siempre será mi amigo. Nunca podrá ser nada más.- aseguré.
Jack soltó inesperadamente mi mano, reclinando la cabeza contra el respaldo.
-¿Seré yo siempre un amigo?- preguntó sin rodeos.
Ese era el tipo de conversación que me tomaban por sorpresa y no podía más que procesar la información lentamente, buscando una respuesta lógica ¿Debía cortarle la esperanza o hacer que creciera? ¿Suavizaría el golpe si finalmente volviera con Danny? Nadie podía saber lo que pasaría en el futuro, quizás darle una oportunidad lo pondría feliz y ponerlo feliz era una de las cosas que más deseaba en aquel momento.
-Quizás- contesté, dejando la frase en suspenso.
Nuevamente se dibujó una sonrisa en su rostro.
Entonces se volvió hacia mí, aún sonriente y tomó mi rostro entre sus manos con una suavidad desconcertante. Parecía que su lado cariñoso afloraba en aquel momento.
-Te dejaré pensando- me avisó.
Ya con previo aviso, acercó lentamente sus labios a los míos, hasta que se rozaban. Allí empezó el beso que no fui capaz de corresponder. Me puse rígida, dejando que me besara. Un leve cosquilleo recorrió mi cuerpo al ritmo de sus labios. Cuando terminó se separó de mí.
No pude más que verlo incrédula.
Sonrió de oreja a oreja y besó mi frente. Nuestros alientos se combinaban.
-Demasiado terca, diría yo.
No supe qué hacer. No podía salir de mi rigidez.
-Seguramente beso tan bien,- bromeó- que te he robado el habla.
Al salir de mi rigidez le di un golpe en el hombro, tratando de parecer juguetona.
-Sí tendré que pensar mucho- murmuré antes de abrir la puerta del auto y salir.
Si podía decir algo en su favor, era que, finalmente mi corazón estaba desbocado y no lograba calmarlo.
que pasara en el siguiente capitulo estoy deseando que se suba pronto me he quedado con ganas de mas
ResponderEliminarquiero masss publica pronto enserio que me encanta tu nove pero voy por team Danny asi que publica pronto que la intriga me esta comiendo
ResponderEliminarTe Felicito por tu Novela ! <3